El Salón del Automóvil de Ginebra fue el escenario elegido por la firma británica para mostrarnos los nuevos Bentayga PHEV y Bentayga V8 con 550 CV, dos modelos que sabíamos que antes o después llegarían tras el lanzamiento de la variante diésel, ya que no todo el mundo quiere un SUV con un salvaje motor W12 en sus entrañas.
Pero hoy el mastodóntico Bentley no es noticia por estrenar un nuevo motor o novedades estéticas de cara a 2018, sino porque como ya te adelantamos los directivos de la marca han optado por llevarlo a la mítica subida de Pikes Peak este año. Sí, Nürburgring está sobrevalorado y los récords de velocidad en el mítico trazado ya no son tan interesantes ni reales como hace algunos años, así que, ¿qué mejor lugar para lucir un modelo que de serie puede alcanzar los 300 km/h a pesar de sus 2.440 kilos?
Así, el Bentley Bentayga que veis en estas imágenes recorrerá el próximo 24 de junio las 156 curvas de subida a la cima de Pikes Peak, incluyendo tan solo unas leves modificaciones que incluyen arcos de seguridad, extintores, asientos de tipo baquet con arneses, otros elementos de seguridad y un ensordecedor escape deportivo desarrollado por Akrapovic. Será la propia división de la marca, Bentley Motorsport, la encargada de la puesta a punto del modelo.
El piloto será el dos veces ganador de Pikes Peak, Rhys Millen, hijo de Rod Millen. Junto al Bentley Bentayga -que lucirá el número ‘8’-, nos encontramos en la misma categoría con un Dodge Viper de 2015 o un Ford F100 de 1949, entre otros.
El modelo participará en la competición en la categoría “Exhibition”, equipado en sus entrañas con el potente bloque W12 de 608 caballos que le permite alcanzar los 100 kilómetros por hora desde parado en 4,1 segundos. Igualmente, se mantendrán el sistema de tracción integral inteligente de Bentley, la suspensión neumática y el sistema híbrido de 48 voltios, a fin de que esté lo más cerca posible de las especificaciones de producción en serie.