Sí, es un logro impresionante, pero como bien dijo un sabio una vez, “si algo funciona, déjalo”. No sé si la expresión era así exactamente pero lo cierto es que me viene como anillo al dedo para contarte la siguiente historia.
Aunque el nuevo Mulsanne Speed incorpora una versión más potente del impresionante motor V8 de 6¾ litros y doble turbocompresor de Bentley, lo cierto es que no se trata de una mecánica nueva. Sí, las actualizaciones han llevado a esta impresionante y refinada motorización a alcanzar nada menos que 537 CV (395 kW) y 1.100 Nm de par, sin embargo, ¿sabes que es la evolución de una base que lleva nada menos que 57 años en el mercado?
Así es, este motor V8 de Bentley se introdujo por primera vez en 1959 y ha ido evolucionando en las casi seis décadas que lleva a la venta, aunque ojo, esto podría acabarse, poniendo fin a una joya de la ingeniería mecánica.
Desarrollado por Rolls Royce, este V8 conocido como el “seis y tres cuartos” (6¾ litros) ha sufrido modificaciones de capacidad, potencia y par final. Incluso en los últimos años ha recibido un sistema de doble turbocompresión que ha aumentado su potencia en un 150% respecto al original. Las mejoras tecnológicas no sólo le han dado más prestaciones sino que han sido capaces de recortar su excesivamente elevado consumo en un 40%
Sin duda alguna, tal y como comenta el CEO de Bentley, Wolfgang Dürheimer, “que una mecánica esté todavía presente en nuestros días empelando una base de 57 años y habiendo recibido un desarrollo continuo es algo que sólo se hace en Bentley”.
El problema radica en que parece que esta excelente motorización no sobrevivirá más allá de la actual generación del Mulsanne.
Con estas declaraciones, Dürheimer habría confirmado a Car&Driver que el próximo buque insignia de Bentley estará propulsado por un motor de 12 cilindros, aunque no ha confirmado exactamente cuándo llegará el reemplazo. Una cosa queda clara, este V8 ha llegado al fin de la vía.
Con las características de par y una banda sonora que recuerda más a una máquina de vapor que a un coche, el venerable V8 es único en su especie.
Conocida como la serie L, el V8 se lanzó en 1959 y posteriormente fue utilizado por varias generaciones de modelos de Rolls-Royce y Bentley. En 1990, con 40 años a sus espaldas, BMW le dio el primer aviso a la mecánica al descatalogarla y retirarla de su oferta argumentando que no valía la pena su actualización debido a la inversión en ingeniería que se debía practicar para ir acercándola a la normativa de emisiones y a unos consumos más comedidos.
Un año más tarde, Volkswagen se hizo con Bentley y reintrodujo el motor de la serie L bajo el nombre de Red Label. Tras este “zasca” a BMW y con el “fracaso” del V12 de BMW que sustituía a esta mecánica en los Rolls-Royce, Bentley comenzó un periodo de casi 16 años en el que evolucionó la mecánica hasta lo que se viene ofreciendo en nuestros días.
Sin lugar a dudas, una pena, pero las normas anticontaminación y los consumos parecen mandar…