Casi tan compacto como un cuatro cilindros y casi tan suave como un bloque V6. Así es como muchos definen al motor de 5 cilindros, una configuración tan peculiar como anecdótica cada vez menos común. Su constitución y su complejidad técnica son algunos de sus puntos débiles. Sin embargo, la suavidad, el equilibrio y su sonido de funcionamiento son de lo más característico.
Algunas marcas como Audi todavía siguen con la tradición en sus modelos más prestacionales. Otras como Volvo, no obstante, dejaron al motor pentacilíndrico pasar a mejor vida. ¿Cuántos coches recuerdas con este tipo de motorización? ¿Cuáles son aquellos más míticos? Hagamos un viaje en el tiempo para hacer mención de algunas de estas joyas con ruedas.
Volvo 850 T5-R (1995)
El 850 T5-R nació a principios de los 90 y es considerado, para muchos, el mejor Volvo de la historia. Rompiendo la tradición de la propulsión trasera y motor longitudinal, este montaba un motor trasversal de cinco cilindros en línea y 2.3 litros. Su potencia llegaba a los 240 CV gracias a un sistema de turboalimentación especial. Todo ello convertía al Volvo 850 T5-R en una de las berlinas más rápidas del mundo.
Ford Focus Coupé RS (2010)
Otra de las joyas de cinco cilindros que no para de subir de precio es el Ford Focus RS MK2. Su motor cubicaba 2.5 litros, contaba con disposición de cilindros en línea y turbo. Este Ford Focus RS proporcionaba 305 CV de potencia, aunque podían ser 350 CV si optabas por la edición limitada RS500. De entre sus curiosidades, el motor es de origen Volvo y su sonido es de lo más venerado para los entusiastas.
SEAT Toledo VR5 (1999)
Sí, lo has leído bien. La segunda generación del SEAT Toledo contó con un motor de cinco cilindros. Y su curiosidad no solo es el número de cilindros, sino su disposición en “V” estrecha. Este bloque sumaba 2.3 litros de cilindrada y entregaba 170 CV y 220 Nm de par máximo, cifras un tanto humildes. Eso sí, no te apresures a buscar alguno. Es probable que hoy por hoy queden muy pocos en el mercado.
Audi RS2 Avant (1995)
Fue uno de los primeros Audi en llevar las siglas RS, y por eso mismo no podía ser ignorado. El RS2 Avant se lanzó en 1994 y podemos considerarlo una bestia en mayúsculas, una bestia a la que, por cierto, Porsche también metió mano. Su motor era un 2.2 litros turbo de gasolina que, por aquel entonces, rendía 315 CV. Además, realizaba el 0 a 100 en 5,4 segundos y podía entregar 410 Nm de par.
Fiat Stilo (2001)
Otra de las opciones de esta lista que quizá te sorprenda es el bloque atmosférico gasolina de 2.5 litros del grupo FCA. Este estuvo disponible en el Fiat Stilo, modelo estrella de la marca a principios de los 2000. Este propulsor también entregaba 170 CV de potencia y 221 Nm de par máximo. Además, cabe destacar que no disfrutó de una mala vida comercial, vendiéndose desd el 2001 hasta el 2007.
Land Rover Defender T5 (1998)
No podía fallar un todoterreno en esta lista. Y para ello, hemos seleccionado el motor T5 del Land Rover Defender, un cinco cilindros muy interesante. Este 4×4 equipaba el bloque 2.5 de cilindros en línea, alimentado con turbo compresor y de combustible diésel. Además, era un motor propio de la marca. Su potencia, dependiendo de la versión, oscilaba de los 122 CV hasta los 220 CV.
Audi RS 3 Sportback (2011)
Volvemos de nuevo a la marca de los cuatro aros, a la que no le vamos a perder la pista en este artículo. En este caso, hemos seleccionado el Audi RS 3 Sportback, modelo que no necesita presentación. Para su primera versión del 2011, contaba con el motor 2.5 litros TFSI de cinco cilindros en línea, que rendía 340 CV y 450 Nm de par máximo. Aún lo mantiene con 400 CV y se conjuga con el sistema de tracción Quattro y el cambio automático S-tronic.
Alfa Romeo 159 (2005)
Pocos diésel hay en esta lista, pero una alternativa que no podíamos pasar por alto es el motor del Alfa Romeo 159. Este disfrutaba de un bloque de cinco cilindros en línea de 2.4 litros de cubicaje. Además, estaba turboalimentado y equipaba la famosa tecnología Multijet, junto al sistema JTDm. Este Alfa Romeo rendía 210 CV y entregaba, sorprendentemente, 400 Nm de par. Eso sí, opcionalmente tenía el sistema de tracción total Q4 de la marca, que mejoraba el agarre.
Mercedes-Benz W123 (1976)
Será, probablemente, de los más antiguos de esta lista, aunque también es el motor que más cubica. Este turbodiésel sumaba 3.0 litros de cilindrada, ofreciendo potencias des de los 80 CV hasta los 125 CV. El W123 fue la primera berlina de Mercedes en montar un motor pentacilíndrico. Y como novedad, también contaba con grandes sistemas de seguridad. Entre ellos, la columna de dirección deformable, sistema ABS o parabrisas de dos capas de seguridad.
Audi Sport Quattro (1984)
Hemos hablado infinitas veces del Audi Quattro, una de las leyendas del Kali del grupo B. Su bloque motor era un cinco cilindros en línea de 2.2 litros, capaz de proporcionar 200 cv y 285 Nm de par. Pero lo más relevante del Audi Quattro no es solo su motor, sino el mecanismo de tracción total. Este fue considerado el primer deportivo en equipar sistema 4×4, un descubrimiento que serviría como precedente para la tecnología Quattro.
Artículo de Joan Bassa Moragues