El Polaris Slingshot es un vehículo de tres ruedas que destaca por su aspecto radical que no pasa desapercibido en la carretera, y es que su particular carrocería lo convierte en un juguete único para aquellos que buscan las máximas emociones en la carretera. Si bien estamos hablando de un auténtico capricho para sus propietarios, no son precisamente pocas las unidades que se han vendido en los últimos años, pero ni siquiera los vehículos más excéntricos se libran de las llamadas a revisión.
Según afirma el propio fabricante en un comunicado, tras una jornada de pruebas con el vehículo han descubierto que un soporte que ancla el cinturón de seguridad y el respaldo del asiento podría no haberse soldado correctamente, por lo que se ha visto obligado a llamar a revisión a nada menos que 24.000 ejemplares fabricados entre 2015 y 2018 en los Estados Unidos.
Adicionalmente, las variaciones de producción durante el montaje del vehículo podrían impedir el ensamble correcto del deslizador del asiento y, en su declaración oficial, Polaris ha afirmado que ambos problemas podrían aumentar el riesgo de lesiones en caso de accidente e incluso provocar un siniestro. Pero recordemos que esta no es la primera llamada a revisión del Slingshot, ya que a principios de 2015 se mandaron al taller las unidades vendidas por un posible fallo en la cremallera de dirección y, tiempo después, ese mismo año, se repararon otras 10.000 unidades por los faros defectuosos.