Hoy es el día Internacional de la Mujer y hemos decidido que podríamos ofrecerle un poco de protagonismo adicional a todas esas mujeres que han aportado mucho a la industria del automóvil. ¿Alguna vez te has preguntando cómo ha llegado algo a un coche? pues hoy te vamos a hablar de cuatro inventos que hoy en día equipa tu coche y sin los que no podrías vivir.
Dorothée Pullinger era una ingeniera y emprendedora que diseñó un automóvil para mujeres, construido por mujeres. Aunque pueda parecer radical, la señora Dorothée Pullinger hizo espacio para las mujeres en un espacio que por aquel entonces contaba con el dominio de los hombres. A principios de la década de 1920, Dorothée era gerente de Galloway Motors, una fábrica de automóviles. Dorothée diseñó y desarrolló el Galloway, el primer automóvil del mundo específicamente diseñado para mujeres. Lo que hacía que este coche fuera para mujeres, era que las palancas de cambio se colocaron dentro del habitáculo en lugar de fuera del automóvil para que fueran más fáciles de alcanzar, se levantó el asiento, se agregó espacio de almacenamiento, se bajó el salpicadero y el tablero de instrumentos y el volante se hizo más pequeño. También fue uno de los primeros automóviles en introducir un espejo retrovisor de serie.
Margaret Wilcox inventó el calefactor del coche, la única forma de disfrutar la conducción al aire libre de una forma más pura y, durante los meses más gélidos del año. El 28 de noviembre de 1893, Margaret Wilcox patentó una solución: el primer sistema de calefacción para automóvil del mundo. Los fabricantes de automóviles tardaron décadas en aceptar su idea, que se consideraba un extra opcional de lujo incluso cuando hablábamos de una carrocería completamente cerrada con ventanillas de vidrio. Finalmente, en 1929, el Ford Model A se convirtió en el primer vehículo en ofrecer este sistema de fábrica.
Mary Anderson fue la inventora del limpiaparabrisas. Al parecer, Mary Anderson detectó un problema que necesitaba solución, para limpiar el hielo del parabrisas, un conductor tuvo que abrir la ventanilla, enfriando el habitáculo en el proceso. La solución de Mary fue un brazo con resorte y una cubierta de goma que se movía hacia adelante y hacia atrás a través del vidrio para limpiarlo. El diseño se patentó en 1903, pero el invento de Mary no fue un éxito instantáneo entre las empresas de automóviles, que creían que distraería a los conductores. afortunadamente ella nunca se benefició de su invento.
Bertha Benz es otra inventora a la que le debemos mucho. Una mañana de agosto de 1888, partió en el automóvil de su esposo, sin permiso, combustible de repuesto ni mapa, para hacer un viaje de 106 km de Mannheim a Pforzheim en Alemania. Su esposo era Karl Benz y el automóvil era el primero del mundo. Karl estaba convencido de que su invento no estaba listo para rodar por la vía pública, pero Bertha creía que estaba listo para el mundo y que el mundo estaba listo. Cuando se quedó sin combustible, compró ligroína (un solvente a base de petróleo) en una farmacia en Wiesloch, ahora considerada la primera gasolinera de la historia. Cuando el motor se recalentó, usó agua de zanjas y arroyos para enfriarlo. Cuando una línea de combustible se bloqueó, la limpió con su alfiler de sombrero. Incluso usó su liga como material aislante y pagó a un zapatero para que cubriera las zapatas de freno con cuero y, al hacerlo, inventó los primeros forros de freno del mundo.