Son muchas las razones por las que los amantes del automovilismo veneramos a Porsche. Durante varias generaciones, pequeños y mayores hemos soñado con modelos de la marca de Stuttgart que veíamos en los pósteres de nuestras habitaciones. Por ello, hoy hemos querido hacer una pausa en el camino para recopilar los siete coches deportivos más excepcionales que la firma germana ha creado cada década desde 1950.
Todos ellos se caracterizan por tratarse de modelos que marcaron un antes y un después en el mundo de la competición, con soluciones pioneras e innovadoras que posteriormente heredaron los modelos de calle de la marca e incluso la industria del automóvil en su conjunto. Novedosos diseños, tecnologías adelantadas a su época y, sobretodo, una cosa en común: el peculiar ADN deportivo de Porsche recorriendo sus circuitos. Acompáñanos a conocerlos.
Porsche 550 Spyder (1953)
El primero de ellos es el icónico 550 Spyder, un cabrio a la vieja usanza (sin capota) que se caracterizaba por tener una brillante aerodinámica. Concebido para deslumbrar en el mundo de la competición, este modelo consiguió alzarse con una victoria en 1954 y se clasificó en el tercer puesto de la famosa Carrera Panamericana. Actualmente su potencia puede parecernos irrisoria, pero con su motor de cuatro cilindros con cuatro árboles de levas y una potencia de 110 CV, el 550 Spyder era toda una bala. Contribuía notablemente a ello su peso total de tan solo 550 kg, lo que le permitía alcanzar los 220 km/h. El precio en aquella época rondaba los 12.500 euros.
Porsche 904 Carrera GTS (1964)
Diseñado por el propio Ferdinand Alexander Porsche, el 904 gozaba de una línea puramente coupé e incorporaba una minúscula parrilla delantera. A día de hoy sigue considerándose uno de los coches de carreras más elegantes de la historia, pero si hay algo por lo que se caracteriza esencialmente este modelo es por ser el primer vehículo de la firma en incorporar un cuerpo de plástico. Tan solo cinco meses después de su lanzamiento se hizo con el podio en la Targa Florio y demostró su valía en el Rally de Monte Carlo y en Le Mans. Por el módico precio de 15.000 euros, el 904 ofrecía motores de cuatro, seis u ocho cilindros con un abanico de potencias que ascendía hasta los 240 CV. Alcanzaba los 263 km/h.
Porsche 911 Turbo (1973)
Es el sueño de todo ‘porchista’, el Porsche por excelencia. El 911 Turbo fue el primer vehículo de producción de la marca alemana que ofrecía de serie un turbocompresor. Sus puntos fuertes eran la tecnología heredada de la competición, la excelente aerodinámica y su particular sistema de frenos. El bloque de seis cilindros con turbocompresor elevaba la potencia a los 260 CV para superar holgadamente los 250 km/h.
Porsche 959 (1985)
Se trataba de un modelo pensado para competir en el nuevo Grupo B de carreras y fue construido como un referente tecnológico basado en la línea del 911. Su diseño no es de lo mejorcito que ha salido de la fábrica de Porsche, pero el 959 combinaba a la perfección elementos de alta tecnología como el control electrónico de tracción total con una pasión por la competición como ningún otro modelo de la marca. Solamente llegaron al mercado 292 unidades de esta serie exclusiva que escondía bajo el capó un propulsor de seis cilindros con doble turbo capaz de desarrollar 450 CV y alcanzar los 315 km/h. Una de las unidades llegó a manos de la Casa Real española en 1988, siendo protagonista de un leve accidente cuando Don Juan Carlos y la Infanta Cristina se dirigían a Baqueira.
Porsche 911 GT1 (1997)
Con un aspecto futurista para la época, este modelo es digno de mención por varias razones. La primera de ellas es su chasis fabricado en fibra de carbono y Kevlar, uno de los motivos que le llevaron a tener un precio cercano a los 800.000 euros. La segunda razón es su exclusividad: solo 20 unidades llegaron al mercado como versión homologada para carretera y todas ellas contaban con un frontal similar al de la gama de modelos 996 y fueron construidas por el departamento de carreras en Weissach. Como no podía defraudar a sus admiradores sobre el asfalto, montaba un bloque de seis cilindros con turbocompresor que desarrollaba nada menos que 544 CV y alcanzaba los 310 km/h.
Porsche Carrera GT (2003)
Es uno de los más deseados de la lista entre los jóvenes hoy en día. Se fabricaba en Leipzig y originalmente fue desarrollado para participar en Le Mans, contando con un ‘corazón’ de diez cilindros en V y una potencia de 612 CV. El motor era especial, pero no tanto como su monocasco de fibra de carbono y sus frenos y embrague cerámicos. Al mercado tan solo salió una serie exclusiva de 1.270 unidades de este deportivo de motor central ultraplano. El 21 de septiembre de 2004, el Carrera GT conquistó el Nordschleife de Nürburgring al detener el cronómetro en 7:33 minutos, estableciendo así un nuevo récord de vuelta para los vehículos de carretera.
Porsche 918 Spyder (2014)
Ha perdido algunos adeptos por tratarse de un modelo híbrido enchufable, pero el 918 Spyder es una máquina de carreras de pura cepa capaz de agotar todas las posibilidades que ofrece la unidad combinada de motor de combustión y motor eléctrico. Con un nivel de rendimiento máximo de 887 CV, el consumo combinado de combustible se mantiene en torno a los 3 l/100 km y el consumo de electricidad es de solo 12,7 kWh/100 km. Si sois muy puristas y aún tenéis dudas sobre su valía, debéis saber que batió el récord preestablecido de siete minutos para una vuelta al Infierno Verde, logrando un tiempo de 06:57 minutos.