Desde su introducción en 1974, el Volkswagen Golf ha sido considerado como el precursor proverbial de la clase compacta, que pronto se acuñó como la «Clase del Golf». Desde entonces, todos los demás han tenido que competir con el Golf. Lo cierto es que es, desde hace años, uno de los modelos más deseados del segmento de los compactos.
Es uno de los cabecillas de las listas de ventas año tras año a nivel global, posición que se ha ganado a pulso gracias a una extensa lista de mecánicas y acabados para todos los gustos, versiones tan racionales como emocionales, unos acabados que superan incluso a los de algunos compactos del segmento premium y una polivalencia reseñable.
El único ‘pero’ es su precio, algo por encima de la media. El Volkswagen Golf era en sus inicios uno de esos coches dirigido a las necesidades de un público joven que buscaba una forma de transporte barata, fiable y, sobre todo, práctica. No necesitaba cantidades enormes de potencia ni una conducción deportiva radical, solo que funcionara bien y nunca te dejara tirado.
Fue todo un éxito desde el primer momento y actualmente, el modelo más importante para la firma alemana también es el producto más demandado en Europa. Si vamos un paso más allá, a nivel nacional, en España es uno de los pilares más fuertes junto al pequeño Polo fabricado en la planta de Navarra.
Para que os hagáis una idea, se han producido más de 35 millones de unidades del Golf en los últimos 45 años. Desde un punto de vista puramente matemático, una persona en algún lugar del mundo decide comprar un nuevo Golf aproximadamente cada 40 segundos.
De hecho, es el vehículo que ha permitido el progreso automotriz de prácticamente toda la gama durante siete generaciones. Es el niño mimado de VAG y, para algunos expertos, los términos ‘Golf’ y ‘Volkswagen’ son dos miembros distintos de una misma familia.
La marca Golf es un éxito que lleva décadas en el mercado refinándose, depurándose y triunfando con infinidad de versiones cuyo número de adeptos y valor residual crece generación tras generación. Nos guste o no, el Volkswagen Golf es el compacto del segmento C más cotizado del mercado tanto de vehículos nuevos como de segunda mano, y este ejemplar que os traigo hoy es buena prueba de ello.
Se trata de un Golf MkI, pero no de un Golf de primera generación cualquiera. Tras el lanzamiento del Golf en 1974, Rolf Nothelle creó un ejemplar de competición en Bélgica para la temporada de 1975. Era el primer Volkswagen Golf realmente de competición y logró alzarse con el Gran Premio de Hockenheimring con Bernd Lilier al timón.
Lo mejor de todo es que este particular Golf diseñado por Giorgetto Giugiaro y afinado por Rolf Nothell ahora puede ser tuyo, tal y como reza el anuncio de RM Sotheby’s. Si no basta su exterior para enamorarte, espera a ver lo que esconde en sus entrañas, porque para los fanáticos del Golf, esta es la oportunidad que no deben dejar pasar.
Mientras que el Golf Mk1 de carreras original tenía un motor de cuatro cilindros en línea y 1.6 litros que desarrollaba 162 CV de potencia, el especialista introdujo un bloque de 1.8 litros con 175 CV y diversas «chucherías», como carburadores Weber 45 DCOE e ignición sin contacto.
Como puedes apreciar en las imágenes, tampoco se privó al compacto de un nuevo juego de llantas firmadas por BBS, una suspensión Uniball y un sistema de frenos de competición con pinzas delanteras de cuatro pistones y pinzas traseras de dos pistones. Tanto en el exterior como en el interior, el modelo está en perfecto estado de conservación.
Este Golf Mk1 de competición se mantuvo dentro de la familia a lo largo de los años. Marcus Nothelle restauró el vehículo en nombre de Volkswagen AG en 2011, siendo presentado al público en marzo de 2012. Ahora, acabará en manos de algún coleccionista que lo tendrá durante años escondido en un garaje.