Estoy seguro de que alguna vez has soñado con ponerte al volante de un descapotable, ya sea un Ford Mustang clásico a lo largo de la Ruta 66 o un Lamborghini Aventador S Roadster por el paseo marítimo de Puerto Banús. Lo cierto es que los modelos descapotables no terminan de ser del todo prácticos, sin embargo, a ninguno nos importaría tener uno en el garaje para salir a dar un paseito con la melena al viento los días soleados.
Sin embargo, en un día nublado se puede torcer la cosa si empieza a llover y tú vas felizmente circulando sin la capota. A ninguno nos gustaría mojarnos mientras conducimos y, mucho menos todavía, que se moje el interior de nuestro coche. Ante este posible escenario, probablemente alguna vez te hayas preguntado si es posible conducir lo suficientemente rápido como para no mojarse en un descapotable.
Pues en Drivetribe tienen la respuesta a esta incógnita y han querido compartir sus hallazgos con nosotros en su último vídeo de Youtube. Tal y como explica el presentador, todo es cuestión de diseño y aerodinámica. Lo primero que hemos de hacer es distinguir entre flujo de aire laminar y turbulento. En otras palabras, el flujo de aire propio de la aerodinámica y las turbulencias que se forman sobre la cabeza en este tipo de vehículos.
El aire laminar es lento y de baja presión, mientras que el aire turbulento es rápido y de alta presión. En este sentido, la capa de aire laminar que entra en contacto con las líneas de la carrocería de un automóvil se denomina capa límite. Cuando llega a la parte superior del marco del parabrisas, donde la carrocería se detiene bruscamente -punto de separación-, el aire se vuelve muy turbulento, y de la turbulencia depende que nos mojemos o no.
Básicamente, la velocidad a la que debemos conducir para mantenernos secos al volante depende del ángulo del parabrisas. A medida que vamos incrementando la velocidad del vehículo, el área de aire turbulento sobre el compartimiento de pasajeros aumenta en todos los descapotables, pero dependiendo del grado de inclinación de la luna delantera necesitaremos mayor o menor velocidad para generar el mismo área de turbulencia.
Por ejemplo, algunos roadster como el Mazda MX-5 cuentan un parabrisas más inclinado que puede generar suficiente turbulencia para desviar la lluvia a velocidades más bajas, en torno a los 73 km/h aproximadamente, mientras que deportivos más elitistas como el Ferrari Portofino tienen que ir más rápido para lograr el mismo resultado. Si tenemos en cuenta que el Mazda es el mejor en este sentido, deberás circular por encima de 73 km/h.
Hay que tener en cuenta que modelos como algunos convertibles de Mercedes-Benz cuentan con deflectores de viento en la parte superior del marco del parabrisas. Estos trabajan para maximizar el flujo de aire laminar, mientras que mantienen el flujo de aire turbulento fuera del puesto de conducción, por lo que en días lluviosos nos ayudan a mantener el habitáculo seco aunque vayamos descapotados.