El pasado mes de enero, la marca de los cuatro aros presentó el Audi SQ5 durante la celebracion del Salón del Automóvil de Detroit.
Bajo el capó el nuevo SQ5 esconde un motor 3.0 TFSI con 354 CV de potencia y un par máximo de 500 Nm entre las 1.370 y 5.400 rpm. La caja de cambios elegida es la denominada Tiptronic con ocho velocidades y la tracción quattro para garantizar la máxima motricidad.
Audi ha comunicado que el nuevo SQ5 es capaz de alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima (limitada electrónicamente) y puede pasar de 0 a 100 km/h en sólo 5,4 segundos mientras que el consumo medio se queda en los 8,3 L/100, con unas emisiones de 189 g/km de CO2.
Ahora, el nuevo SQ5 ha pasado por las manos del especialista ABT y gracias a las mejoras, el modelo consigue un 20% más de potencia. Sólo ha hecho falta el cambio de la centralita original por la ABT Power para aumentar la potencia desde los 354 CV (260 kW) a los 425 CV (313 kW).
El par máximo también se incrementa de 500 a 550 Nm. Cualquiera que ya haya optado por el Audi Q5 con el «pequeño» motor de 252 CV (185 kW) también podrá, en un futuro próximo esperar la inyección de rendimiento de ABT Sportsline.
En el pequeño 2.0 TDI, la unidad de control ABT Engine Control genera 215 CV(158 kW) en lugar de los 190 CV (140 kW) y un máximo de 440 Nm en lugar de 400 Nm.
ABT también ha desarrollado un kit exterior de acero hecho a medida específicamente para el SQ5 y estará disponible en breve. Las atractivas llantas de aleación de ABT Sportsline también aumentan la apariencia deportiva y dinámica del nuevo Audi Q5.
La compañía bávara recomienda los modelos DR, ER-C, FR y GR en 20 y 21 pulgadas para el SQ5. Las variantes individuales difieren no sólo en la geometría, sino también en los acabados disponibles. El espectro va desde el negro místico hasta el Gun-Metal y del negro brillante hasta el negro mate. Las piezas individuales también se mecanizan para formar atractivos puntos de contraste.