¿Adivinas el modelo que va a dejar de ser «de taxista»?

Primero perdieron el Altea y el Altea XL por la finalización de su comercialización. Poco después el Octavia perdió su homologación como taxi acompañada de la del Superb que con el relevo generacional no acepta a este importante sector entre sus ventas. Ahora, después de años ofreciendo ventajas, mantenimientos muy baratos y garantías ampliadas, Toyota le da un poco con la “puerta en los morros” a todos esos taxistas que han confiado en la tecnología híbrida y que además han servido como escaparate indiscutible de la desconocida tecnología híbrida.

Pues bien, si en marcas como Skoda ahora los taxitas tienen que comprar Rapid y en SEAT deben de comprar Toledo, ¿qué pasa con Toyota?

Pues parece que con la cuarta generación del Prius, la nipona se quiere quitar el “San Benito” del “coche de taxista” (argumentando que no lo necesitan y que quieren darle otro enfoque a este minoritario modelo). Mientas que para la gente un modelo de taxi es sinónimo de fiabilidad y economía, para las marcas es un lastre reputacional bastante importante (o al menos eso parece).

Los taxistas que quieran adquirir un Toyota como taxi ahora sólo podrán comprar Auris hybrid y Prius+ (que por cierto ofrece más espacio y al mismo precio) quedando el nuevo Prius reservado para los clientes más geeks y adinerados (échale un ojo al equipamiento y a los precios del nuevo Prius).