Sí señores, los coches del futuro no sonarán, no olerán a gasolina y probablemente, no serán conducidos por personas. Lo que parecía hace años algo de ciencia ficción parece acercarse a pasos agigantados.
En una rueda de prensa realizada el pasado lunes por el Ministro de Transporte alemán Ingo Strater, la administración germana se ha comprometido a actualizar parte del trazado de la autopista A9 para ayudar a los fabricantes de automóviles germanos a probar y desarrollar sus vehículos autónomos.
La A9 conecta Berlín y Múnich y pese a que BMW o Mercedes-Benz llevan probando sus coches años, lo cierto es que el gobierno quiere potenciar y apoyar el desarrollo de esta tecnología.
Al parecer, la administración de carreteras se encargará de instalar y modificar la infraestructura con el fin de que esta permita la comunicación entre vehículos así como la transmisión de datos entre los vehículos y la infraestructura.
Las mejoras y las nuevas instalaciones en la A9 podrían incluir varios sensores para la prueba de esta clase de vehículos, sistemas de medición y todo tipo de nuevas tecnologías. Todo esto estaría enfocado al desarrollo de la conducción autónoma así como a la reducción del tráfico y la mejora de la seguridad vial en ese trazado. Este plan también contempla la extensión al resto de Autoban.
Los coches autónomos eliminan de la ecuación de la conducción, el que quizá sea el factor más determinante en la gran mayoría de los accidentes, hablo del factor humano.
¿Cómo de grande sería el gasto público de adaptación?
Los sistemas telemáticos y de asistencia a la conducción disponibles en la actualidad han preparado el camino para esta innovación. El sistema de regulación de la distancia, el asistente para retenciones, el servofreno de emergencia, el detector de cambio de carril y los mapas de carreteras en tres dimensiones para el Tempomat con funciones preventivas ya están disponibles, sin embargo hay que facilitar la comunicación vehículo-vehículo y vehículo-infraestructura.
Una vez adaptada la infraestructura, el siguiente paso es evidente. Ahora se trata de interconectar y completar estos sistemas, de perfeccionar las cámaras y los sensores de radar y de combinar sus datos con los de la red de carreteras.
Marco legal de la conducción autónoma
Para que se produzca la conducción autónoma debe adaptarse la legislación a esta nueva dimensión de la conducción. Se está preparando una nueva versión de la «Convención de Viena sobre la circulación por carretera» del año 1968, firmada y asumida por casi todos los Estados europeos. Este tratado, que tenía como fin hacer más seguro el tráfico rodado mediante una estandarización de las reglas, prescribe como una de sus normas básicas que el conductor debe dominar su vehículo de forma permanente y en todas las circunstancias.
La regulación internacional UN/ECE R 79 basada en la Convención de Viena permite solamente intervenciones correctivas en la dirección del vehículo, pero no un control autónomo de ésta a velocidades mayores de 10 km/h. Esta restricción con limitación de velocidad es uno de los requisitos para los sistemas de ayuda para aparcar y de seguimiento en retenciones.
La Convención de Viena nació en una época en la que la conducción autónoma se contemplaba todavía como una quimera. Los Estados Unidos no han firmado la Convención de Viena sobre la circulación por carretera. Por ese motivo ha sido posible dictar en varios Estados reglas para la conducción autónoma de vehículos, al menos en régimen de pruebas.
Un comité de especialistas de las Naciones Unidas ha completado recientemente la Convención de Viena sobre la circulación por carretera, creando así la base para la legalización de la conducción autónoma. En el futuro podrán legalizarse los sistemas de este tipo siempre que el conductor esté en condiciones de desconectarlos o de corregir su intervención personalmente en todo momento.
Otro tema que debe garantizarse con medidas técnicas y regulaciones legales es la seguridad de los datos. Esto incluye medidas de protección para evitar el acceso desde el exterior a cada vehículo individual, así como la transmisión de datos en la comunicación V2V y V2I y en Internet para evitar hackeos.
Junto a cuestiones relacionadas con la homologación, también son importantes otros temas que afectan al Código de Circulación, como por ejemplo la responsabilidad por infracciones de tráfico o en caso de que llegue a producirse un accidente, algo que tampoco podrá evitarse completamente en el futuro. Esto mismo puede decirse de otros temas, como los seguros y la responsabilidad por productos. También está por definir la conciliación de los nuevos modos de trabajo y las nuevas tareas con las regulaciones tradicionalmente rígidas de los tiempos de conducción y los tiempos de descanso para conductores.
Si tiramos estos tabiques legales nos encontraremos con un transporte que podría funcionar las 24 horas de día, sin limitaciones, siempre bajo la supervisión de un gestor y con la mayor seguridad y rapidez.