El 1750 probablemente esté entre los mejores automóviles que Alfa Romeo ha construido en toda su historia y es que fue el mismísimo Enzo Ferrari el que de alguna forma persuadió a Vittorio Jano para que abandonara el departamento de competición de FIAT y se uniera a él en Alfa Romeo.
El señor Vittorino Jano ha sido uno de los ingenieros automovilísticos más talentosos e influyentes de todos los tiempos y ojo porque no sólo sería el encargado de supervisar el programa de carreras Gran Prix de Alfa Romeo, sino que también diseñaría los modelos de carreras.
Cuando Vittorino Jano llegó a Alfa en 1923 había grandes esperanzas y el trabajo fue tal que al año siguiente ya tenían operativo uno de los automóviles de carreras más fabulosos de todos los tiempos: el legendario P2. Además de brindarle a Alfa mucha publicidad gracias a sus éxitos, el P2 proporcionó la base perfecta para el primer modelo de producción desarrollado por Vittorino Jano.
Anunciado en 1925, el 6C 1500 fue diseñado como un turismo rápido que combinaba un contenido peso con un rendimiento brillante. Era muy liviano y el motor de seis cilindros en línea y 1.487 cc basado en los ocho cilindros en línea del P2 era capaz de producir 44 CV.
A esta creación le siguieron los modelos Sport de doble árbol de levas y Super Sport sobrealimentado, siendo este último el primero de su tipo en presentar la clásica carrocería abierta de dos plazas de Zagato. La producción del 6C 1500 cesó en 1929 con la llegada del 6C 1750.
Derivado del 6C 1500 que descendió directamente del P2, el 6C 1750 llegó en 1929 con un motor de seis cilindros derivado del 1500 ampliado a 1.752 cc. Construido en las variantes Turismo y Sport (más tarde renombradas Gran Turismo), el 6C 1750 era un emocionante y rápido automóvil que combinaba un peso liviano con un rendimiento brillante, pudiendo alcanzar velocidades superiores a los 120 km/h.
Producido solo en 1929, el SS estaba disponible con o sin un sobrealimentador de tipo Roots. La mayoría las unidades llevaban Carrozzeria Zagato o Carrozzeria Touring.
El Alfa Romeo 6C 1750 SS fue uno de los automóviles de carreras deportivas más populares y exitosos de su época, como lo demuestra el hecho de que no menos de 26 unidades compitieron en el Mille Miglia de 1929 y de estos, 25 terminaron, seis de ellos entre los primeros diez clasificados de la carrera.
La carrera fue ganada, por segundo año consecutivo, por Giuseppe Campari y Giulio Ramponi conduciendo, por supuesto, un 6C 1750 SS. Entre el resto de victorias nos encontramos con las 24 Horas de Spa Francorchamps, el Gran Premio de Irlanda y las 12 Horas de San Sebastián, todas ganadas en 1929 y 1930.
Hoy hemos sabido que el especialista en restauración de automóviles clásicos Thornley Kelham está llevando a cabo su proyecto más desafiante hasta la fecha. Se trata de una completa restauración de un Alfa Romeo 6C 1750 SS -número de chasis 6C0312898-. Este Alfa Romeo en particular viene completo con registros que muestran que el automóvil fue entregado a su primer propietario, Benito Mussolini, el 13 de enero de 1930 por 60.000 liras.
Una extensa investigación realizada por Thornley Kelham rastreó imágenes en blanco y negro del período del automóvil exacto en Archivio Luce (el archivo principal de Cinecitta) en Italia, tomadas el 29 de abril de 1931. En estas imágenes se podría apreciar a Mussolini conduciendo el automóvil, así como imágenes de Mussolini conduciendo el automóvil mientras lideraba ‘II Radio Auto-Raduno’ en una sección del rally de Roma a Ostia.
En algún momento de su historia el modelo fue modificado para convertirse en un modelo de carreras. El 21 de marzo de 1937, el automóvil fue vendido a Renato Tigillo y parece que ha quedado claro que los atroces cambios tuvieron lugar mientras el 6C 1750 SS estaba en Eritrea, donde fue adaptado para competir. Las imágenes del automóvil en Asmara revelan que gran parte de la carrocería se había eliminado para crear un automóvil de carreras.
Cuando este automóvil llegó a los EE. UU. y fue inspeccionado por Thornley Kelham, la carrocería había sido equipada con una rejilla no original y conservaba muy pocos de los paneles originales. Sin embargo, el chasis, el eje trasero y la caja de cambios eran todavía originales.
El nuevo propietario del automóvil le ha encomendado al equipo recuperar la apariencia original del automóvil en 1930, lo que implicará varios miles de horas de fabricación, ingeniería y montaje por parte de sus técnicos de taller altamente calificados.
Una vez la unidad regrese a su estado original, esta podría alcanzar valores por encima de los 2 millones de euros.
Imágenes | Ashley Border y Archivio Luce