Los chicos de Affalterbach llevaban un retraso considerable en lo que al Mercedes-AMG One respecta. Pero ojo, es que introducir un motor de Fórmula 1 en un vehículo de producción no es moco de pavo. Por suerte, el pasado mes de agosto de 2022 comenzó su producción y ya se están entregando unidades a sus afortunados propietarios. Aquí está la primera de ellas.
Lo más complejo es, sin duda alguna, su poderoso motor V6 de 1.6 litros. Es el mismo que ha impulsado durante varias temporadas el monoplaza de Fórmula 1 del equipo AMG. Capaz de acelerar hasta las 11.000 rpm en la carretera, desarrolla 1.050 CV de potencia y supera los 350 km/h. Gracias a ello, el Mercedes-AMG One es el rey del Ring.
La adaptación de una unidad motriz completa de Fórmula 1 para un hipercoche con homologación de carretera que, junto con su impresionante dinámica de conducción en circuito también debe de ser utilizable en el día a día e incluso en modo 100% eléctrico, está representando un tremendo desafío según la marca.
El trabajo de desarrollo del Mercedes-AMG One ha prestado especial atención a la aerodinámica activa. La compleja interacción entre los diversos componentes activos, como las lamas, las salidas de aire ubicadas en los guardabarros delanteros o el gran perfil aerodinámico trasero, confirman su eficacia incluso fuera del túnel de viento.
No se sabe quién es el propietario del primer One, pero en la lista de clientes están los pilotos de F1 Lewis Hamilton, Nico Rosberg y David Coulthard; el padre de Hamilton Anthony, el magnate inmobiliario Manny Khoshbin, el actor Mark Wahlberg y la estrella del tenis Ion Țiriac.
Arrancan las entregas del Mercedes-AMG One
Las primeras entregas a clientes del Mercedes-AMG One ya han comenzado. Con placas alemanas «ON1», el hipercoche es en su mayoría negro. Se combina con detalles en verde Petronas y numerosas estrellas blancas de tres puntas en la sección trasera. El hipercoche se ensambla en una instalación especial en Coventry, Reino Unido.
Cada uno de los 275 ejemplares se fabricará a mano en nada menos que 16 estaciones de ensamblaje y prueba. Todo comienza con el monocasco de fibra de carbono. A este se añade toda la piel exterior de fibra de carbono. Si todo encaja y el tejido de fibra de carbono está perfecto, pasa a la siguiente fase.
Es entonces cuando los paneles exteriores se desmontan y se pintan a mano según las especificaciones de cada cliente. Posteriormente, el fabricante ensambla la carrocería en blanco y el tren motriz. Todos y cada uno de los motores se prueban en caliente en las instalaciones de Brixworth.
Sí, es el mismo lugar donde se fabrican los motores de F1 de la compañía. Cuando el deportivo está listo, se prueban todos los modos de conducción en un dinamómetro. A continuación, se somete cada automóvil a una prueba de ruido, vibración y aspereza; así como a una prueba de lluvia monzónica.
El último paso es la cabina de luces para el repaso final y las pruebas de funcionamiento técnico. Pone la guinda del pastel la firma del piloto de pruebas que se asegura de que todo está correcto. Si todo va como la seda, el hipercoche se transporta a la sede de Mercedes-AMG en Affalterbach, Alemania, donde se realiza la entrega al cliente.