El problema con los vehículos diésel ha pasado factura a la imagen de Volkswagen en Estados Unidos pero no tanto a sus ventas que en los últimos meses han seguido creciendo. Este aumento se ha logrado en cierto modo gracias a la introducción de los nuevos crossovers Tiguan y Atlas, siendo la oferta de turismos la que no va tan bien.
Para poner solución a la caída en la demanda de turismos llega la nueva generación del Jetta ya desarrollada sobre la plataforma MQB y con un posicionamiento superior. Algo así como un Passat pero recortado, podrá tener mucho equipamiento de seguridad y confort, y ha mejorado el espacio en el interior y la presentación.
Todos los Jetta comercializados en Estados Unidos y Canadá contarán con el motor 1.4 Turbo de 150 CV asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades o bien a la nueva automática de ocho relaciones que de paso permite jubilar la anterior con seis (y una fiabilidad un tanto comprometida).
En cuanto al diseño, el nuevo Jetta no rompe moldes pero sigue las pautas de estilo de la marca con unos trazos tradicionales y sin riesgos que terminan gustando a todo el mundo. Quizás le falte un poco de «picante» pero habrá que esperar a las versiones R-Line con el paquete deportivo exterior.
Entre el equipamiento disponible hay que destacar la instrumentación digital configurable, los sistemas multimedia con pantalla táctil y Apple CarPlay, el selector de modos de conducción, el freno de mano eléctrico, faros LED, control de crucero adaptativo, detector de objetos en ángulo muerto, cámara posterior, acceso y arranque sin llave, aviso pre-colisión, frenada automática, detector de peatones, etc.
Volkswagen no ha comunicado si la nueva generación del Jetta será comercializada en Europa. Fabricado en México y posiblemente también en China algo más adelante, no sabemos si tendrá un sitio en la complicada gama para el viejo continente que parece estar centrada en los crossovers.