En Sudáfrica los vehículos más vendidos entre los turismos son los polivalentes y por esta razón Volkswagen lleva años reforzando su oferta con dos alternativas en lugar de una. Para hacerlo más sencillo mantiene siempre las dos últimas generaciones del Polo, algo con lo que consiguen ahorrar en costes.
Desde este mes de marzo la nueva generación del Polo Vivo será la que hasta febrero era comercializada como Polo «a secas», y es el de hace dos generaciones el que finalmente ha dicho adiós, al menos con carrocería hatchback. En versión sedán seguirá a la venta durante unos meses hasta que arranque la venta del nuevo derivado del Virtus.
El «nuevo» Polo Vivo se podrá elegir con los motores 1.4 MPI de 75 CV, 1.4 MPI de 85 CV, 1.6 MPI de 105 CV y el 1.0 TSI de 110 CV que solo se ofrecerá en el acabado GT en combinación con la caja de cambios manual de seis velocidades. La variante de 1,6 litros podrá pedirse con cambio manual de cinco velocidades o la caja Tiptronic de seis.
Aunque por apariencia es igual que el Polo comercializado hasta hace no mucho, en el Polo Vivo se ha ahorrado bastante eliminando ciertos elementos estéticos o decorativos que no son imprescindibles en su nueva condición de vehículo «básico». El salpicadero por ejemplo siempre es de plástico duro y algunos mandos pierden vistosidad.
En seguridad de serie todos los Polo Vivo incluyen ABS, EBD y doble airbag frontal pero se quedan sin el control de estabilidad que sí era de serie en todas las versiones antes. Si se quiere contar con él habrá que optar por los acabados más completos que se sitúan en niveles cercanos por precio a otros rivales más modernos.
El Polo Vivo es en general una de las alternativas más interesantes ofrecidas en Sudáfrica y desde que fuera lanzada la primera generación ya se han vendido en el país 194.000 unidades, un dato que no dejará indiferente a nadie. Además el Polo Vivo también se comercializa o ensambla en otros países cercanos como Lesoto, Namibia, Bostwana, Suazilandia o Mozambique.