La gama del Infiniti Q50 se presenta en el Salón del Automóvil de Ginebra con pequeñas mejoras estéticas, de equipamiento y en la oferta mecánica que lo hacen más apetecible. Aunque en Europa sigue siendo una opción bastante exclusiva, no hay que olvidar que en sus cuatro años de vida ya se han entregado más de 200.000 unidades en todo el mundo.
Las modificaciones estéticas afectan principalmente al frontal, añadiendo cambios en la parrilla, faros y paragolpes. De igual modo son nuevos los pilotos traseros, las llantas de aleación y la oferta de colores se pone al día. En el interior se ha aumentado la calidad de algunos plásticos y el diseño general «muta» hacía una vertiente más deportiva y similar a la estrenada en el Q60.
Entre otras cosas incluye un nuevo volante multifunción, levas del cambio más cómodas, sistemas de info-entretenimiento «Infiniti Touch» más avanzados y un completo equipo de sonido desarrollado por Bose con 16 altavoces. También es novedad el sistema ProPilot System que actúa sobre la dirección para evitar salidas del carril. Es un paso más hacía la conducción autónoma según explica Infiniti.
La oferta de motores dependerá del mercado en el que se comercialice. Se mantiene el 2.2 diésel con 170 CV en combinación con la caja manual de seis velocidades o la automática de siete. En gasolina estará el 2.0t con 211 CV como opción más sencilla y el nuevo 3.0 TwinTurbo V6 con 400 CV como variante más prestacional y que será comercializada bajo la denominación Sport400. Por último el 35h conserva la opción híbrida con 302 CV.
Infiniti ha trabajado en la suspensión y otros elementos para conseguir un comportamiento más dinámico y mayor confort de marcha. También estrena una suspensión pilotada que se adapta a las condiciones del terreno en tiempo real. La nueva gama comenzará su comercialización en cuestión de unas semanas.