La saga de James Bond está profundamente ligada al mundo del motor, probablemente porque entre los gadgets del agente 007 siempre encontramos una montura acorde a su profesión que nos hace soñar con deportivos de ensueño. El Aston Martin DB10 debutó en la última entrega del agente secreto más famoso del mundo, ‘Spectre‘, pero desgraciadamente este no llegó a la fase de producción quedando relegado a una edición especial de solo 10 unidades.
Para todos los que no llegaron a tiempo y se quedaron sin el suyo hoy os traemos una oportunidad única en la vida, la de tener el Aston Martin DB5 que fue conducido por el mismísimo Pierce Brosnan en el rodaje de ‘GoldenEye: el regreso del agente 007‘. Uno de los coches más emblemáticos de toda la saga puede ser ahora tuyo, una noticia que hemos conocido gracias a la casa de apuestas Bohams Auctions, que será la encargada de poner a la venta el arma más letal de James Bond durante el Festival de Velocidad de Goodwood 2018 que comenzará el próximo 13 de julio.
Esta subasta no será la única relacionada con la saga de películas de James Bond, a lo largo de este año se espera que salgan a la luz una serie de lotes con el mismo origen para poner los dientes largos a los coleccionistas más adinerados. Este Aston Martin DB5 de 1965 es el mismo que pudimos ver en la escena de persecución que protagonizó Pierce Brosnan junto con un Ferrari F355 y la actriz Xenia Onatopp al volante. El propietario actual del automóvil lo adquirió en el 2001 y desde su adquisición ha pasado por lugares tan célebres como el ‘The National Motor Museum‘ o la exposición ‘Bond in Motion‘ en Londres.
Según el director de departamento de motor de Bonhams Auctions: «El Aston Martin DB5 es uno de los coches clásicos británicos más reconocibles y deseables en el mundo, además es el coche definitivo de James Bond«
Hasta el próximo 2 de junio podremos contemplar esta belleza un lugar tan entrañable como el Englefield House, aunque cuando llegue a su próximo destino se espera que su precio ronde entre los 1.300.000 y 1.825.000 euros. No está al alcance de la mayoría de mortales, pero cualquier coleccionista que se precie y con una cuenta corriente lo suficiente abultada no tendrá ningún problema en gastar semejante suma.