Lo mejor de los fabricantes de superdeportivos es su «locura» o mejor dicho, sus pequeñas apuestas y guerras entre ellos. Como norma general, estas pugnas suelen acabar con productos impresionantes y en el caso del McLaren F1 se les fue de las manos.
Hoy os hablamos del McLaren F1 con el kilometraje más bajo que hay en el planeta y que actualmente está a la venta.
Este F1 actualmente está en posesión de Tom Hartley Jr. y se trata de la unidad 60 de los 64 producidos, aunque lo mejor de todo es que anota 239 km en su odómetro.
Este icono británico nunca ha sido usado desde su entrega en 1997 y nunca fue matriculada. Además de todo esto, el interior permanece envuelto en los materiales protectores y se encuentra nuevos.
El pasado mes de Agosto, el primer McLaren F1 puesto a la venta en E.E.U.U. se vendió por 15.62 millones de dólares y eso que anotaba poco más de 15.000 km en su odómetro.
Un poco más del McLaren F1
La promesa de la marca era la de construir el automóvil deportivo más notable que hubiera pisado nunca la vía pública y la idea se forjó durante una reunión en el aeropuerto en el año 1988.
Tan sólo hicieron falta cuatro mentes para desarrollar lo que a día de hoy sigue siendo un sueño. Ron Dennis, jefe del equipo internacional de Fórmula Uno de McLaren y del grupo TAG-McLaren; Gordon Murray, el director técnico de McLaren; Mansour Ojjeh de TAG-McLaren Group ; y Creighton Brown, un hombre de negocios que se convertiría en director de mercadotecnia.
El McLaren F1 y sus 5.000 piezas individuales fabricadas especialmente con materiales exóticos daban la razón a Ron Dennis que describía al F1 como el mejor automóvil deportivo que el mundo iba a conocer…
Tan sólo cuatro años más tarde de la reunión que tuvieron en el aeropuerto, el McLaren F1 se dio a conocer al público por primera vez, justamente en el Gran Premio de Mónaco, en Mayo de 1992.
Para ayudar a explicar el «por qué» de las afirmaciones Dennis y Wallace tuvieron que explicar que el F1 contaba con un monocasco de fibra de carbono compuesta, una estructura de choque de fibra de carbono y un peso de 1138 kg, lo que contribuyó a una relación potencia-peso que en ese momento era de récord mundial. De hecho, ahorrar peso fue el mantra constante de McLaren a lo largo del proceso, hasta el punto de caer en la obsesión y es por esto que el F1 no cuenta ni con control de tracción, ni con ABS, ni con dirección asistida.
El corazón que daba vida a esto era un motor V12 a medida de 6.1 litros a 60 grados desarrollado en la división M Sport de BMW por el ingeniero Paul Rosche. Aunque la cilindrada inicial fue de 5,3 litros, Rosche informó a Murrade que podía cumplir, incluso superar, los objetivos de potencia con un motor más grande. El trabajo comenzó en marzo de 1991, y para finales de año se estaba probando el primer prototipo en el banco de pruebas.
Desde el principio, el bloque de aluminio, prácticamente cuadrado superó el objetivo de 550 CV pero aún estaba un poco por encima del límite de peso planificado y aunque no estaba en los planes, Murray le dijo a Rosche que no era un problema, que había potencia de sobra para compensar los 15 kg de más que pesaba el motor.
Con un diámetro de 86 mm y una carrera de 87 mm, el V12 ofrecía 627 CV a 7,500 rpm y 649 Nm de par a 7,000 rpm. Sus dimensiones compactas fueron posibles mediante la colocación de la línea central del cigüeñal en el bloque, las paredes ultrafinas entre los cilindros, la disposición inteligente de las levas y la ausencia de un volante convencional. Las levas de doble cabezal accionan las 48 válvulas, que presentaban la sincronización de entrada variable.
La refrigeración corría a cargo de radiadores de aluminio dobles de agua e intercoolers de aceite/agua . Debido al calor que producía el V12 y a la ausencia de medidas para aislarlo, Mclaren forró el compartimento del motor con oro.
El combustible se suministraba mediante dos bombas de alta presión y la lubricación del motor contaba con cuatro bombas de barrido y una bomba de presión. La gestión de la compleja electrónica del V12 se dejó en las manos de TAG Electronics.
El diseño de la suspensión fue otro problema debido a que debía lograr el compromiso entre la comodidad y la estabilidad a alta velocidad. McLaren fue tan lejos que llegó a comprar un Honda NSX -en un momento en el que era considerado como el más cómodo y eficaz-. La solución de McLaren fue, por supuesto, extremadamente compleja pero eficaz.
El peso no suspendido era un desafío y McLaren comenzó a abordar ese problema con un tren de rodaje liviano y hecho a medida. Las llantas de aleación de magnesio delanteras de 9,0 x 17 pulgadas y las traseras de 11,5 x 17 pulgadas eran de OZ. Goodyear y Michelin fueron contratados para crear los neumáticos en dimensiones 235/45-17 delante y 315/17-45ZR detrás -Goodyear F1 Gold-.
Las cifras publicadas en fábrica lo dicen todo: 0 a 60 mph en 3.2 segundos; 0 a 100 mph en 6,35 segundos; 0 a 200 mph en 28 segundos y una velocidad máxima de 386 km/h.