Audi acaba de lanzar una gama de acabados especiales denominada Black Edition, especialmente pensada en este caso para los A6, A6 Avant y A7 Sportback.
Las principales diferencias consisten especialmente en la predominación de elementos acabados en negro como son la parrilla delantera del modelo, una parte de la terminación de los faros, el acristalamiento del vehículo, llantas y otros elementos que se extienden hasta el interior del vehículo.
Lo primero que va a llamar la atención es el generoso calzado al que recurre la marca para sus «Seniors», con llantas de 20 y 21 pulgadas para ambos modelos, que se complementarán con una suspensión más firme que además rebaja la altura al suelo del conjunto.
En el interior, la terminación predominante sigue siendo el negro, con molduras embellecedoras en piano black y asientos en cuero valcona del mismo tono, así como de otros elementos que guardan la misma uniformidad.
Al margen de acabados, las opciones mecánicas se debatirán entre las ya conocidas, con especial mención al diesel de 313cv y 650Nm, como es el conocido 3.0TDI biturbo, y el 3.0TFSI de gasolina, ambos con condiciones económicos especiales en este respecto.
Tanto el A6 como el A7 Black Edition también viene con mejoras como las que ofrece el paquete S-Line así como un equipamiento de primera, véase navegación vía satélite, sensores de lluvia, faros de Xenón, iluminación LED, y un largo etcétera de gadgets que en este último suman además el portón trasero eléctrico y un alerón retráctil eléctrico incorporado.
En cuanto a los precios, la diferencia no es excelsa, o no como para que en coches que van desde los cuarenta y tantos mil euros de las versiones de acceso del A6 hasta los cerca de 100.000 euros de los más altos y mejor equipados de ambas gamas (también el A7), pueda representar un handicap a la hora de la compra, más allá de un «me gusta» o «no me gusta».