Para el que no lo sepa, el Audi R8 es el superdeportivo de calle de la marca de los cuatro aros, un modelo diferente completamente de lo conocido en su catálogo, que tiene argumentos para enamorar pero una estética que se atreve a especular con los gustos más personales de cada uno. Te puede fascinar u horripilar y yo, si os digo la verdad, estoy en un inexplicable punto medio aun por definir.
De lo que no tengo duda es de su nivel tecnológico, tiene lo último en seguridad, confort, además de montar algunos de los gadgets más novedosos que otros hermanos de marca ya equipan, ¿pero y en seguridad?
Sin dudar especialmente (estará por delante de otros muchos, no lo niego), no podemos olvidarnos del coche que es y de su tamaño. A parte, por mucho que «nos proteja», el espacio que tienes en un R8 no es el que tendrías en otros modelos.
No quiero crear un debate ni caer en sensacionalismos, es claro meridiano que a ciertas velocidades la seguridad siempre queda en entredicho, pero también lo es que si me tiene que tocar un accidente, preferiría, ya puestos, que me tocase tal vez en otro modelos de Audi antes que en ese (y no, no es el A1 la idea que barajo).
Al margen de esto y supuestamente, ya que hablar se habla de todo (aunque es poco lo que a menudo se confirma), el derramamiento de combustible podría suponer un problema añadido para la seguridad del modelo, algo con lo que se especuló en su día, ya que favorecía que se incendiase el motor en según qué tipo de colisiones (oOtro Ferrari no, por Dios…)
Las imágenes anteriores, aunque tienen su tiempo, ponen los pelos como escarpias. El coche es increible y su nivel de seguridad seguro que también, pero esto es todo lo que queda del R8 de la foto.
Fuente: San Google