Hoy se cumplen 25 años desde que Audi lanzara al mercado la primera versión Audi RS: el Audi RS 2 Avant.
El Audi RS2 Avant marcó el comienzo de una historia de éxito. Por su proximidad a la competición y su exclusividad, las versiones Audi RS siempre han creado una fascinación especial. Hasta la fecha, Audi Sport GmbH, anteriormente quattro GmbH, ha presentado un total de 25 modelos RS.
Durante este 2019 tendrán lugar otros seis lanzamientos, de los que dos corresponden a modelos RS completamente nuevos.
Las versiones RS son la punta de lanza de sus respectivas líneas de producto. Representan rendimiento, prestigio y exclusividad en el límite de lo técnicamente factible, sin perder la funcionalidad cotidiana. Muchos de ellos son pioneros en sus segmentos de mercado y crean tendencia en innovaciones técnicas, como el Audi RS 4 Avant, con su extraordinario V6 biturbo hace 19 años; o el TT RS, con la última evolución de su varias veces galardonado y potente motor de cinco cilindros en línea 2.5 TFSI.
En 1994 el primer vehículo de alto rendimiento de la marca combinaba la funcionalidad para el uso diario con un carácter dinámico, conceptos que hasta la fecha habían sido un poco como el agua y el aceite.
Gracias a la colaboración de Porsche en el ensamblaje en Stuttgart, el 5 cilindros de 2.2 litros desarrollaba una potencia de 315 cv (232 kW) gracias a un enorme turbocompresor, unos conductos de aire sobredimensionados, y una gestión electrónica específica. El par máximo de 410 Nm estaba disponible a 3.000 rpm, y el limitador de revoluciones marcaba un régimen máximo de giro de 7.200 rpm.
La Bestia Azul Nogaro aceleraba de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos, y alcanzaba una velocidad máxima de 262 km/h. Por aquella época, Audi aun empleaba cambios manuales, y uno de seis velocidades transmitía la potencia al sistema de tracción quattro, con diferencial autoblocante en el eje trasero (activación manual).
La suspensión derivaba de la del Audi S2 y Porsche suministraba las llantas, los discos y las pinzas de freno de cuatro pistones.
En 1999, el Audi RS 4 Avant, basado en el S4 de la época, introdujo una nueva dimensión en su segmento en términos de potencia. Bajo el capó, un V6 biturbo con una cilindrada de 2,7 litros y cinco válvulas por cilindro, como en el S4. Para el RS 4, los ingenieros de la entonces quattro GmbH desarrollaron aún más esta unidad de potencia de cara a elevar su rendimiento y generar un par todavía mayor. En colaboración con Cosworth Technology, se desarrolló la culata, y se revisaron los conductos de admisión y de escape, ampliando su sección transversal. Además, los turbocompresores eran más grandes y la presión de sobrealimentación aumentó en comparación con el S4. Como resultado, el motor del RS 4 desarrollaba una potencia máxima de 280 kW (380 CV) en lugar de 195 kW (265 CV).
La segunda generación del RS 4 se presentó en 2005. Numerosas innovaciones, muchas de ellas procedentes de la competición, caracterizaban a este modelo. Entre ellas destaca el motor V8 de 309 kW (420 CV). Era la primera vez que un fabricante implementaba la combinación de inyección directa de gasolina con un concepto de motor de altas revoluciones, capaz de girar hasta 8.250 rpm. El bloque de inyección directa de gasolina permitió incrementar la potencia gracias a una mezcla más efectiva de combustible y aire.
En 2007, este motor también se utilizó en la primera generación del Audi R8. Estaba dotado de la última evolución de tracción integral permanente y del sistema de amortiguación Dynamic Ride Control, que se estrenó por primera vez en el RS 6, en 2002. Con su distribución asimétrica del par, 40% delante y 60% detrás, la perfeccionada tracción quattro con diferencial central autoblocante garantizaba un agarre óptimo. El primer y, hasta la fecha, único RS 4 Cabrio, proporcionaba placer de conducción a cielo abierto con la música de fondo del sonoro motor V8 atmosférico.
En 2008 llegó el RS 6 Avant, un deportivo en forma de discreto familiar. Con un motor V10 biturbo completamente nuevo, con inyección directa FSI, lubricación por cárter seco y con la tracción total permanente quattro, el RS 6 Avant superaba a su competencia. Con la impresionante potencia del V10 de 426 kW (580 CV) y 650 Nm de par, el RS 6 Avant se convertía el Audi de serie más potente hasta ese momento. El bloque de este V10 se fabricaba mediante un proceso de fundición a baja presión por gravedad, con una aleación de aluminio de alta tecnología que combinaba un bajo peso con una alta resistencia. Los cilindros no estaban cubiertos con camisas, lo que contribuía a que el peso de todo el motor fuera de tan sólo 278 kg. Al mismo tiempo, para satisfacer las exigencias más duras de la dinámica del vehículo, el circuito de lubricación incluía un cárter seco, técnica desarrollada y probada en competición. El depósito de aceite externo y el módulo de la bomba de aceite, que funcionaba con varias etapas de succión, aseguraban que todos los componentes del motor y los dos turbocompresores estuvieran lubricados constantemente.
En 2011, el RS 3 Sportback de 250 kW (340 CV), con motor de cinco cilindros, llevó la filosofía de RS a la clase compacta. Dos años después, en 2013, el RS Q3 la extendió a otro segmento de mercado, convirtiéndose así en el primer SUV compacto de altas prestaciones. La propulsión corría a cargo del motor de cinco cilindros de 2,5 litros instalado transversalmente, tal y como se utiliza en el TT RS y en el RS 3. Se trata de un motor muy compacto: menos de 50 cm de longitud. Con una carrera larga (diámetro de 82,5 mm y carrera de 92,8 mm) era ideal para ubicarlo transversalmente. Inicialmente generaba 228 kW (310 CV) y, desde finales de 2014, aumentó a 250 kW (340 CV). El rendimiento del RS Q3 que siguió en 2016 llegó incluso a 270 kW (367 CV).
Y dicen que lo mejor está por llegar…