Hace ya dos años que os adelantamos que a los españoles nos costaría nada menos que 1.500 millones de euros el acuerdo que firmó Fomento con Abertis en 2006 y llorábamos porque finalmente el Estado rescataría las autopistas de peaje en quiebra. Si bien es cierto que a nuestros bolsillos no les gustaron mucho estas noticias, vimos un haz de luz al conocer que no se renovaría la concesión a las carreteras de peaje.
Es más, hace unos meses conocíamos que la AP-1 ya no es una autopista de pago y las buenas noticias continuaban con el abaratamiento de un 30% en los peajes de las autopistas rescatadas desde el 15 de enero de 2019. Pero como no es oro todo lo que reluce, después nos cayó un nuevo cubo de agua fría al saber que las vías de peaje necesitan una inversión de al menos 317,6 millones de euros.
El tema de las autopistas de peaje es un tema candente, especialmente ahora que el Gobierno en funciones se está planteando el pago por uso de todas las autopistas con mayor afluencia de tráfico. Sin embargo, para relajar un poco las tensiones, se ha confirmado que, finalmente, tanto la AP-4 Sevilla – Cádiz como la AP-7 Alicante – Tarragona dejarán de cobrar por su utilización a partir del 1 de enero de 2020.
Fue en el último Consejo de Ministros (viernes 2 de agosto) donde el Ejecutivo en funciones aprobó la licitación de los contratos de conservación y explotación de ambas autopistas que, actualmente, son propiedad de Abertis (controlado actualmente en su mayoría por ACS y su socio italiano Atlantia). Con ello, se prevén los excelentes resultados de incremento del tráfico logrados en la AP-1.
Desde el comienzo del próximo año, será el Estado el encargado de su gestión, fecha en la que se sacarán a concurso los trabajos de mantenimiento de las dos vías, cuyo coste que asciende a la friolera de 153 millones de euros (24 millones de euros para los 93,8 kilómetros de la AP-4 y 129,17 millones de euros para los 373 kilómetros que suman los dos tramos de la AP-7).
De ello se beneficiarán una media de 20.071 conductores que diariamente circulan por la AP-7 entre Tarragona y Valencia; así como y los 19.205 usuarios que, de media, lo hacen en el tramo comprendido entre Valencia-Alicante. Por su parte, la AP-4 contabiliza diariamente una media de unos 21.974 vehículos, según los datos del Ministerio de Fomento al cierre de 2018.