Hoy en día el litio es uno de los elementos más preciados del planeta, principalmente por su uso en todo tipo de baterías y aparatos electrónicos, desde ordenadores o tabletas hasta smartphones y ahora además, coches eléctricos. Esto ha producido que su precio se dispare hasta los 20.000 euros por tonelada, una cifra que no parará de crecer si no encontramos un sustituto en poco tiempo para el que han bautizado como «petróleo blanco«.
Las baterías de litio llegaron al mercado en 1990, y desde entonces su uso ha aumentado exponencialmente extendiéndose a todo tipo de productos. La principal ventaja de las baterías de litio está en su reducido tamaño, pero también suma una larga lista de inconvenientes como su duración, alto precio o los problemas de extracción que está provocando un grave problema medioambiental. Hasta el 85 % de las reservas de litio proceden del ‘Triángulo del Litio‘ y ahora es el momento de encontrar otra opción.
Las baterías de iones de sodio son una alternativa más barata y abundante para sustituir las de iones de litio, aunque a día de hoy todavía es una tecnología en desarrollo. El principal problema viene con el tamaño, los iones de sodio son demasiado grandes para situarse entre las capas de grafito que conforman las baterías de litio tradicionales. Esto podría solucionarse gracias a un elemento como el fósforo, que se colocaría junto con los iones de sodio en cada batería.
Las baterías de iones de sodio tendrían un precio más asequible que las de iones de litio y además una capacidad hasta un 700% mayor, lo que se traduciría en un aumento de la autonomía y durabilidad.
Además, las baterías de iones de sodio permitirían abaratar hasta un 80% el precio con una capacidad hasta un 700% mayor que las actuales. Pero la principal ventaja por encima del resto, es que tanto el fósforo como el sodio son elementos muy abundantes en nuestro planeta, por lo que serían una alternativa real al litio. Asimismo, algunos investigadores señalan que esta tecnología es más segura y con menor tendencia a explosiones.
De momento se trata de una tecnología poco madura, pese a que el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia ha anunciado el lanzamiento de las primeras baterías de iones de sodio para el año 2020. Es posible que tarde varios años en llegar a las calles como una alternativa real, pero una vez implantada podría suponer una revolución en términos de autonomía o precio de los coches eléctricos.
A ver si alguien ya dice algo claro acerca del futuro del coche electrico, porque parece que todo es confusión e incertidumbre. No es el hecho de hacer un coche eléctrico, si no el de sustituir todos los actuales coches petrodependientes por los de enchufe. Parece que nos estamos engañando con ilusiones como si fuéramos niños chicos.