Las baterías LFP, Litio ferrofosfato o LiFePO₄ se han puesto muy de moda en los últimos años debido a que a pesar de tratarse de una batería de litio convencional, el litio se sustituye en su gran mayoría por láminas de fosfatos de hierro, concentrando ahí lo que viene siendo el cátodo o polo positivo. El ánodo o polo negativo está conformado de cristales de carbono con pequeñas moléculas de litio.
Al prescindir notablemente del Litio, no solo se consigue que se elimine un material escaso y caro que puede causar problemas de abastecimiento en el futuro, además se mejora la química interna.
Ford ha anunciado que esta año introducirá en su oferta de vehículos eléctricos, baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) en la gama Mustang Mach-E en Europa, como parte del compromiso de la compañía de hacer que los vehículos eléctricos sean más asequibles.
La introducción de baterías LFP permite a Ford producir más vehículos eléctricos y ofrecer más opciones a los nuevos clientes de vehículos eléctricos.
Ofrecer LFP como una segunda química de batería, además de níquel cobalto manganeso (NCM), permite a los clientes de Ford elegir un vehículo eléctrico con características únicas de rendimiento de batería más alineadas con sus necesidades.
Las baterías LFP son muy duraderas y toleran una carga más frecuente y más rápida mientras usan menos materiales de alta demanda y alto coste. Esta batería de bajo coste, a escala, ayudará a Ford a contener o incluso reducir aún más los precios de los vehículos eléctricos.
La tecnología de baterías LFP también ayuda a reducir la dependencia de minerales críticos como el níquel y el cobalto, creando una cadena de suministro de vehículos eléctricos que respete sus compromisos con la sostenibilidad y los derechos humanos.
Ford también ha anunciado que invertirá 3500 millones de dólares para construir la primera planta de baterías LFP respaldada por un fabricante de automóviles en los EE. UU., llamada BlueOval Battery Park Michigan, que se inaugurará en 2026.
Fuente | Ford