Bentley Motors Limited nace en Inglaterra el 18 de enero de 1919, siendo Walter Owen Bentley, más conocido como W. O. Bentley, su padre fundador. A lo largo de su historia, podemos distinguir tres etapas claramente diferenciadas: los Bentley iniciales, fabricados entre 1919 y 1931 por su creador; los Bentley de Derby, que eran fabricados en la factoría de Rolls Royce de esta localidad hasta 1939; y los actuales Bentley de Crewe, producidos en la fábrica de Rolls Royce en Crewe desde finales de la II Guerra Mundial.
Fue durante la década de 1920, ya como Bentley, cuando empezó a fabricar automóviles de lujo, los cuales destacaron especialmente por su fiabilidad mecánica, sobre todo en la competición, donde lograron la victoria en cuatro ediciones consecutivas de las 24 Horas de Le Mans. Por desgracia, en 1931 quiebra la compañía y se para la producción, haciéndose Rolls Royce con el control de la empresa.
Se retoma entonces la fabricación de los automóviles de la marca, pero en esta ocasión en las instalaciones que Rolls Royce tenía en Derby, mientras que W. O. Bentley pasa a ser un simple piloto probador. La fábrica de Crewe se inauguró pocos meses antes de dar comienzo la Segunda Guerra Mundial y el primer modelo de la compañía que se fabricó en dichas instalaciones fue el Mark IV.
No fue hasta enero de 1993 cuando todos los modelos de la marca comenzaron a incorporar el logo de la “B” alada para celebrar los 50 años de la adquisición de la marca por parte de Rolls Royce, pero en 1998 ambas compañías volvieron a separarse, pues el Grupo Volkswagen se hizo con el control de Bentley y, BMW, con el de Rolls Royce.
Esta es, de forma breve, la historia de Bentley, una marca que como ya habrás calculado, el año que viene cumple nada menos que un centenario. A pesar de ello, los chicos de la compañía británica han decidido adelantarse y el Festival de Velocidad de Goodwood ha sido el escenario elegido para presentar una exclusiva edición especial que, como no podía ser de otra manera, ha sido desarrollada por Mulliner.
Disponible en carrocería estándar o Extended Wheelbase, el modelo podrá pedirse con la mecánica V8 de 6.75 litros es su versión convencional o con las cifras de potencia de la variante Speed.
Bautizado como Bentley Mulsanne W.O. Edition, el modelo se distingue por su pintura negra Onyx, complementada con múltiples detalles en esta misma tonalidad como las llamativas llantas de aleación y ribetes cromados para incrementar su elegancia. No faltan las pequeñas insignias que indican que nos encontramos ante una lujosa y exclusiva edición especial, así como el habitual derroche de excesos y comodidad en el habitáculo.