Blablacar recibe su primera multa en Europa: La Comunidad de Madrid se enfrenta al gigante francés

Parece ser que la polémica de la plataforma Blablacar no va a acabar nunca, y es que mientras que el funcionamiento de la empresa francesa transcurre sin ningún tipo de problemas en 21 países, en España están teniendo varios procesos legales para intentar tumbarlos, ahora también multando a sus conductores.

Titularía este apartado con el clásico «Spain is different« y es que parece que en nuestro país este tipo de servicios de economía colaborativa nunca serán bien vistos por el sector tradicional del transporte que ejerce una constante presión considerándolo competencia desleal. Ahora los afectados han sido varios conductores que han recibido un multa considerable interpuesta por la Comunidad de Madrid, la cual cree que las tarifas que estaban cobrando por este tipo de viajes superaba los gastos compartidos para la gasolina.

La Consejería de Transportes de la Comunidad ha interpuesto tres sanciones sumando un importe total de 8.800 euros: por carecer de autorización para ofrecer «un servicio público» y además ha fijado 4.000 euros de multa para cada conductor de la plataforma que fueron investigados por dicho organismo tras obtener los datos de la filial española de Blablacar sobre sus últimos trayectos compartidos en los últimos seis meses.

Como argumento para dichas sanciones la Consejería ha objetado que Blablacar permitió el cobro de dichas tarifas que superan los gastos de un viaje en coche habitual, que según el gobierno tomaron como referencia de los 0,19 céntimos por kilómetro que establece el Observatorio del Transporte del Ministerio de Fomento.

«Hemos seguido el plan de inspección aplicado a empresas de la llamada economía colaborativa impulsado por el Ministerio de Fomento y hemos impuesto sanciones graves y muy graves por facturar en nombre propio servicios de transporte de pasajeros y por realizar este servicio sin tener el título habilitante”, explicó el director general de Transportes, Pablo Rodríguez Sardinero

Todo esto comienza cuando la Consejería de Transportes pidió a la plataforma francesa todos los datos de los viajes compartidos en los últimos seis meses de su funcionamiento. Y aunque tardaron  varios meses en facilitar dicha información al final fue recibida para investigar y llegar hasta los conductores que finalmente han sido sancionados.

Blablacar por su parte se defiende diciendo que llevan «operando más de seis años y ni la compañía ni ninguno de sus más de tres millones de usuarios ha recibido sanción alguna; de la misma forma que tampoco la ha recibido en ninguno de los 21 países en los que está presente«.

Ahora hemos conocido también que Blablacar tampoco se ha quedado de brazos cruzados y ha interpuesto una denuncia contra la Comunidad de Madrid en la Unión Europea, ya que consideran que dichas sanciones «obstaculizan su actividad» y por «vulnerar la libre prestación de servicios». «Queremos expresar nuestra indignación por lo que está ocurriendo y por la actuación de la Dirección General de Transportes de la Comunidad de Madrid«, ha declarado Jaime Rodríguez, country manager de Blablacar en España, a nuestros compañeros de ‘El Confidencial’ en exclusiva.

Frederic Mazzella fundador de Blablacar sigue sin conseguir explicarse porqué en España no paran de recibir todo tipo de sanciones, protestas y problemas mientras que en otros países llevan a cabo sus servicios sin ningún tipo de problema legal.

«Nuestra actividad es legal en toda Europa y no necesitamos licencia de agencia de viajes como ha dicho el director general de Transporte«. Mientras que todavía no han recibido ninguna notificación de la sanción impuesta, observan perplejos cómo no paran de ponerles problemas desde la Consejería de Transportes y las diferentes asociaciones -Confebus por ejemplo-, que algún día deberían aceptar que estos servicios de economía colaborativa son una realidad y cada irán a más, siendo una opción más para nuestro transporte y una forma de mejorar la competencia.

Fuente: La Vanguardia, El Confidencial.