Recientemente nos hacíamos eco de una entrevista en Automotive News Europe a Klaus Froehlich, Responsable de I+D de BMW, quien nos revelaba que las mecánicas de combustión interna todavía estarán presentes entre nosotros durante varias décadas. Sin embargo, pasamos prácticamente de puntillas por un dato más que relevante en el futuro de la compañía.
Como ya sabéis, la firma bávara está preparando una fuerte ofensiva de modelos electrificados que comenzará este mismo año con el lanzamiento del BMW iX3. Veremos diversas opciones eléctricas y un fuerte aluvión de modelos híbridos-enchufables, pero hay dos modelos que se desmarcarán de esta tendencia para ofrecernos un tren motriz de pila de combustible.
Hablamos de los buques insignia SUV de la compañía, los BMW X6 y X7, los cuales veremos este mismo año en forma de prototipos. Dudabais cuando os proponíamos que dejarais de pensar en el coche eléctrico porque el hidrógeno es el combustible del futuro, pero lo cierto es que la última tecnología que BMW está desarrollando con Toyota apunta a revolucionar el segmento.
Según el propio Froehlich, la segunda generación de los sistemas de pila de combustible de la compañía le proporcionarán un sólido argumento de venta a estos modelos, aunque por ahora el precio es muy elevado. Klaus señala que un tren motriz de pila de combustible cuesta aproximadamente 10 veces más que el sistema de un vehículo eléctrico con batería (BEV).
La compañía nos habló recientemente del BMW i Hydrogen NEXT, la pila de combustible que llega al X5 con más futuro que nunca.
Con todo y con eso, se muestra optimista, declarando que «planeamos igualar esos costes para 2025 con la tercera generación de nuestro sistema escalable de celdas de combustible, lo que podría generar volúmenes de cientos de miles«. Para esa fecha, el hidrógeno podría ser la solución más adecuada para automóviles de pasajeros e incluso para los camiones de servicios ligeros y pesados.
Este tipo de camiones se enfrentan a objetivos de reducción de CO2 complicados y, aunque emplean motores diésel muy eficientes, el siguiente paso es la electrificación. Sin embargo, no se puede electrificar un camión pesado con baterías, porque reducir la carga útil (al aumentar el peso total del conjunto) es una tontería. En este sentido jugaría un papel crucial el hidrógeno.