Como ya sabéis, el BMW i8 es un deportivo un tanto especial por su carácter híbrido, pero poco o nada tiene que envidiar a cualquier otro modelo de la marca ya que equipa un motor de gasolina de 3 cilindros con tecnología TwinPower y una potencia de 231 CV con un par motor de 320 Nm. Pero aquí no acaba todo, pues su parte híbrida también aporta lo suyo con 131 CV más y un par motor máximo de 250 Nm. En conjunto, con los dos motores, suma una potencia de 266 kW/362 CV con un par máximo de 570 Nm y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 4,4 segundos.
Por el momento solo conocíamos su versión coupé, la cual ya lleva algún tiempo entre nosotros, y aunque en alguna ocasión os hemos hablado sobre una posible variante Spyder, no ha sido hasta esta edición 2016 del Consumer Electronics Show de Las Vegas cuando hemos conocido por primera vez algo que, al menos, se le parece.
Bautizado como BMW i Vision Future Interaction Concept, la firma germana nos muestra un prototipo del BMW i8 que carece de techo, capota e incluso puertas pero, a cambio, aglutina los últimos avances tecnológicos en materia de respeto al medio ambiente y conectividad con los usuarios. En realidad, no quieren que nos fijemos solo en su estética porque no es un anticipo de la versión Spyder del i8, sino en su contenido, pues anticipa el futuro de la marca.
Uno de los puntos fuertes del Vision Future es su mejora de las interfaces de usuario, con el objetivo de que cada vez utilicemos menos las manos para controlar las múltiples opciones del vehículo, desde el climatizador o la radio hasta el volante. La conducción autónoma y el coche conectado son dos de los temas del momento y la lucha entre las marcas por destacar es cada vez mayor, así que bien podríamos entender este concept como la carta de presentación de BMW en el terreno del coche autónomo.
El interior está protagonizado por el minimalismo. En él han desaparecido prácticamente la totalidad de los controles por botón y, en su lugar, una enorme pantalla denominada Panorama Display -mide unos 40 centímetros de largo, 11 centímetros de alto y 21 pulgadas en diagonal- preside el salpicadero. Cuando el coche está en modo de conducción autónoma, la pantalla se convierte en un sistema de infoentretenimiento masivo que ofrece un amplio abanico de funcionalidades tanto para el conductor como para el pasajero.
Desde escuchar música en streaming o realizar videollamadas hasta revisar el correo electrónico o navegar por la web, todo es posible a bordo del BMW i Vision Future Interaction Concept. Pero aquí no termina todo, ya que la gran pantalla se complementa con otra pantalla tridimensional de menor tamaño que recoge el cuadro de instrumentos, mientras que el parabrisas recurre a la realidad aumentada para ofrecer al conductor un constante flujo de información relevante que se proyecta sobre la carretera. Así este no necesita apartar la mirada ni desviar su atención.
Acompaña a estas novedades el sistema de control por gestos AirTouch, el cual permite a los usuarios interactuar con la pantalla sin necesidad de tocarla y utilizando gestos cotidianos e intuitivos gracias a una amplia variedad de sensores que detectan e interpretan los movimientos de la mano. Si tenemos en cuenta que esta tecnología ya está disponible en el BMW Serie 7, puede que no estemos tan lejos de ver en modelos de producción alguna de las otras innovaciones que nos presenta este concept.
De hecho, según afirma la propia marca, toda esta tecnología llegará en un futuro a su gama, complementándose con la conducción autónoma. BMW busca que sus clientes puedan disfrutar de la mayor comodidad posible a bordo de sus vehículos y, por ello, este prototipo cuenta incluso con un sistema que avisa al conductor en aquellos tramos óptimos para que éste descanse y sea el propio coche el que se conduzca solo a través de todo un elenco de cámaras, radares y sensores.
El sistema autónomo contaría, a su vez, con tres modos de funcionamiento: Pure Drive, donde es el conductor el que se hace cargo de la totalidad de funciones del vehículo; Assist, donde el conductor interacciona con el vehículo pero ante situaciones de riesgo es este último el que toma el control para evitar un accidente; y Auto Mode, donde el vehículo se hace cargo de todas las funciones sin necesidad de que el conductor intervenga. Al seleccionar el último modo, el volante se ilumina en color azul y se mueve hacia adelante para proporcionar al conductor un espacio adicional para relajarse, al tiempo que los asientos también se adaptan a un ambiente más lounge para que los ocupantes puedan ver la pantalla panorámica con mayor comodidad.