La demanda de vehículos fabricados en fibra de carbono va en aumento, o al menos eso ha notado BMW en su factoría de Moses Lake (USA). De este modo SGL Automotive Carbon Fibers se ha visto obligada a triplicar su capacidad de producción para satisfacer la demanda de la marca alemana.
Con este motivo se ha inaugurado recientemente la expansión de la planta de Moses Lake, donde se han invertido unos 300 millones de dólares. Sin embargo, la ampliación no finalizará hasta 2015, fecha en la que la factoría se convertirá en la planta de fibra de carbono más grande del mundo.
Actualmente, la planta de Moses Lake trabaja en exclusiva para la generación BMW i, con dos líneas de producción que generan 3.000 toneladas de fibra de carbono al año. [Ver prueba BMW i3]
Muy pronto, concretamente este verano se ampliará la producción con otras dos líneas para conseguir 6.000 toneladas de fibra de carbono al año.
El objetivo a medio plazo es conseguir las 9.000 toneladas de fibra de carbono con la puesta en marcha de la quinta y sexta línea de producción, triplicando así la capacidad.