El Salón de Ginebra 2017 fue el lugar elegido por Aston Martin para darnos a conocer AMR, una emocionante submarca que aporta una nueva dimensión de dinamismo y rendimiento inspirado en el mundo de la competición para ofrecer a los clientes un rendimiento mejorado y un lenguaje de diseño más potente, llevando los coches de carretera de la marca a nuevos y emocionantes extremos. El primero en llegar fue el Aston Martin Vantage AMR y ahora es el turno del brutal Aston Martin Vulcan AMR PRO que verá la luz estos días en el Festival de Velocidad de Goodwood.
Como algunos sabréis, a mediados de la década de 1930 el éxito del equipo de Aston Martin en el Ulster TT llevó a la marca a fabricar más ejemplares biplaza de peso ligero para la venta al público. Asimismo, en 1951, Sir David Brown introdujo diversos Vantage con especificaciones mejoradas para llevar al fabricante a un histórico triunfo absoluto en Le Mans con el icónico DBR1 en 1959. Por otra parte y, desde la formación de Aston Martin Racing (AMR) en 2004, el fabricante británico ha saboreado el éxito en el Campeonato del Mundo de Resistencia de la FIA (WEC).
Es por ello que los nuevos modelos AMR serán puestos a punto en el Centro de Pruebas de Aston Martin localizado en Nürburgring, y ojo, porque más adelante también veremos este tratamiento sobre los Vantage GT12 o Vantage GT8, así como en toda la gama. Pero centrándonos en el Vulcan AMR Pro, de entrada debéis saber que tiene incluso más carga aerodinámica que el mismísimo Vantage GTE que ganó Le Mans, aunque su mecánica V12 de 820 caballos no ha sido modificada.
El fabricante británico asegura que también ha conseguido reducir el peso total del vehículo. Por ejemplo, la cubierta de fibra de carbono del motor ha permitido un ahorro de 5 kilogramos.
Por el contrario, sí que se ha revisado la centralita para lograr una respuesta y una aceleración aún más salvajes si cabe, con una aerodinámica más trabajada gracias a la adición de nuevos componentes -como los aletines de nueva factura del alerón- y una carga aerodinámica muy superior que mejora la estabilidad, la respuesta de la dirección y, como no, la tracción en las condiciones más extremas. Concretamente, hablamos de una fuerza de empuje de 4.000 Nm frente a los 3.150 Nm del Vulcan original o los 3. 104 Nm del Aston Martin Racing Vantage GTE ganador de Le Mans 2017.