Si eres de los que pueden pagar varios millones de euros por una obra de arte sobre ruedas, seguro que le has echado el ojo a Bugatti. Pues bien, como ya sabrás, según la marca, «no hay dos unidades iguales» y el modelo del que os hablamos hoy es el resultado de la personalización extrema. Bajo el nombre de Lady Bug, Bugatti nos demuestra una vez más su alto nivel de experiencia en personalización y artesanía.
Creado en un par de años en estrecha colaboración con el cliente, Bugatti creó una pintura muy especial y única para esta unidad.
Poco después del debut mundial del Divo en agosto de 2018, un cliente tuvo la idea de crear un patrón algorítmico geométrico-dinámico en la carrocería de su coche. El coleccionista de EE. UU. tenía en mente una cuadrícula estrictamente geométrica de diamantes en forma en contraste de color muy especial. Junto con él, el equipo de diseño y desarrollo de Bugatti desarrolló los colores especiales «Customer Special Red» y «Graphite», ambos tonos metálico que están destinados a contrastar el efecto. El patrón de rombos debía ir desde el frontal hacia la parte trasera adaptado a la silueta del Divo.
Al parecer, la historia de este «sueño» llevó al equipo de diseño a estar en busca de soluciones durante algo más de un año y medio. Al parecer era complejo y difícil pintar los diamantes con precisión en la carrocería porque los patrones digitales en el programa CAD tienen poco que ver con la realidad. Debido a las formas del Divo con sus curvaturas y abalorios, los rombos de la impresión 2D en la superficie del exclusivo hiperdeportivo estaban distorsionados. Por lo tanto, tuvieron que adaptarse digitalmente.
Para un acabado visual limpio, los diamantes también debían encajar perfectamente en la línea del techo, las puertas y el borde trasero del guardabarros. En cooperación con el cliente, los modeladores CAD desarrollan y simulan un diseño del patrón de diamantes con alrededor de 1.600 diamantes. Un trabajo muy complicado y que requiere mucho tiempo.
Durante los primeros cálculos, el software y la realidad no coincidían al cien por cien, y surgían ligeras distorsiones. Los diseñadores tardaron semanas en estar satisfechos con el resultado. Se utilizaron láminas de seis metros de largo, que se colocaron con precisión en la carrocería de un vehículo de prueba, para controlar el patrón. Con mucha paciencia, destreza manual y habilidad, los diseñadores finalmente encontraron una manera de adaptar los datos CAD a la realidad y tirar la película sobre la superficie cóncava sin distorsionar los diamantes o arrojar arrugas.
El automóvil no solo es una obra maestra y una obra de arte incomparable, también es muy complejo, así que esperamos que el cliente, nunca tenga un rapón o un accidente…