Desde su introducción hace poco más de 90 años, todos los automóviles que han sido comercializados bajo la denominación “Phantom” han restablecido el estándar por el cual todos los demás artículos de lujo son juzgados, tanto en Rolls Royce como en el resto de marcas.
El Phantom VII además de ser el pináculo de la marca también fue el encargado de protagonizar el primer capítulo del renacimiento de Rolls-Royce.
Desde la creación de «New Phantom» en 1925, cada generación equipada con este nombre ha servido para definir un momento, no sólo en la historia de Rolls-Royce, sino en la historia del mundo. En pocas palabras, ha sido la elección de algunas de las personas más influyentes de los últimos 90 años.
Hoy, después de 13 años definiendo el lujo, el Phantom VII sale del escenario con un digno tributo a las habilidades de los artesanos de Rolls-Royce. Esta última unidad de la séptima generación del Phantom es el capítulo final de la época de renacimiento de la marca.
La última unidad en salir de la fábrica será una versión de batalla larga íntegramente diseñada para celebrar la edad de oro de la marca. Todos los detalles han sido cuidados hasta el éxtasis. Los relojes presentados tanto en la cabina delantera como en la pared divisoria han sido diseñados para reflejar el estilo de los relojes de radio que adornaban los grandes transatlánticos. El Bezel que expresa 24 zonas horarias nos recuerda a la máquina del tiempo de HG Well.
La conclusión del modelo con esta última unidad y el desmantelamiento de la línea de producción Phantom después de 13 años, prepara el escenario para la introducción del Phantom VIII, un modelo que estará respaldado por una nueva arquitectura de aluminio que avanzará los estándares establecidos por sus ilustres antepasados.
Al igual que su sucesor el nuevo modelo se desarrollará en un ambiente de secreto febril, soportado por el peso de la expectación que rodeaba a un coche tan importante.
Ahora que tengo la pasta…….