Llegan malas noticias derivadas de un Brexit bastante mal llevado. La producción británica de automóviles se redujo en la primera mitad de 2019, registrando una caída del 15.2% en junio y marcando el decimotercer mes consecutivo de caídas.
Según las cifras publicadas hoy por la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores (SMMT), 1.666.521 automóviles salieron de las líneas de producción en los primeros seis meses de 2019, lo que supone una pérdida anual de 168.052 unidades debido en gran medida a la caída de la demanda en mercados clave, incluido el Reino Unido, donde además los consumidores cuentan con el miedo añadido por los cierres de fábricas adelantados con anticipación a la fecha límite del Brexit que será en marzo.
En junio, la producción para el Reino Unido aumentó en 2.791 unidades tras una disminución anómala del 47,2% durante el mismo mes del año pasado cuando la preparación para la nueva prueba de emisiones WLTP impactó fuertemente en los volúmenes. A pesar de esto, la tendencia subyacente se mantiene a la baja, con una producción anual para el mercado interno que supone reducciones del 16.4%.
Mientras tanto, la cantidad de automóviles fabricados para la exportación disminuyó un 19.8% en junio y un 21.0% en la primera mitad del año, con poco más de medio millón de unidades enviadas al extranjero debido a la disminución de la demanda de los mercados internacionales clave y las tensiones comerciales globales. Las exportaciones a los principales mercados mundiales del sector cayeron dos dígitos. Para Estados Unidos se ha registrado una caída del 12.9%, para China del 53.1%, para Japón del 10.5% y para Turquía del 93.0%.
La demanda para el mercado más grande del Reino Unido, la UE, también cayó un 15,6%. Sin embargo, la UE todavía representa el 57% del total de exportaciones de automóviles del Reino Unido.
La noticia de las caídas en la producción interna y las exportaciones se conoce justo ahora, cuando la SMMT también revela el coste que tendrá para la industria un hipotético Brexit sin acuerdo. El sector ya ha gastado al menos 330 millones de libras -unos 360 millones de euros al cambio actual-.
La mayoría de los principales fabricantes del Reino Unido han inmovilizado materiales y componentes para el almacenamiento de capital, asegurando la capacidad de almacenamiento e invirtiendo en nuevas soluciones logísticas, seguros adicionales y capacitación en nuevos procedimientos aduaneros.
Muchos fabricantes han trasladado los cierres anuales de plantas de verano a abril para contar con un plazo de maniobra en caso de que el Brexit llegue a producirse en uno de los peores escenarios.
Mientras tanto, las últimas cifras muestran que la inversión interna en el sector se detuvo efectivamente en el primer semestre del año. En el período enero-junio, la inversión prometida disminuyó más del 70%.
Sin duda alguna, estamos ante una situación enrarecida que no sabemos cómo terminará.