Hay una frase célebre que dice que la carretera no es un circuito, pero nos apañamos, y eso es precisamente lo que pensamos un reducido grupo de periodistas la semana pasada cuando el Grupo Itra nos invitó a disfrutar de una jornada a bordo de varios modelos Mercedes-AMG por la sierra madrileña.
Junto a los más radicales, también tuvimos ocasión de ponernos al volante de modelos más “convencionales” –pero no por ello menos atractivos- como los Mercedes GLA, Mercedes CLS, Mercedes ML y Mercedes SLK Carbon Edition. Prácticamente os hemos hablado ya de todos ellos en profundidad, por lo que nos centraremos en los modelos más picantes de la marca de la estrella.
El convoy más ‘jugoso’ de la jornada contaba entre sus filas con modelos como el ML 63 AMG, el GLA 45 AMG, el A 45 AMG y el SL 500 que, a pesar de no llevar el apellido más racing de la marca, merece especial mención por su elegante aspecto y su excelente mecánica que nada tiene que envidiar a la del resto. Empezaremos, por tanto, por este último, al cual también dedicaremos algo más de tiempo por ser un vehículo que a pesar de imponer a su conductor la primera vez que accede al puesto de conducción, finalmente hará que no quiera bajarse de él.
El Mercedes-Benz SL 500 es un coche especial. Y no solo se trata de una cuestión estética o mecánica, sino también pasional. Exteriormente es un coche discreto, incluso podríamos decir que ligeramente sobrio. De no ser por su largo capó y por sus dimensiones en general –4,6 metros de largo y 1,88 metros de ancho-, probablemente no giraría tantas cabezas a su paso cuando va con la capota cerrada. Pero este es precisamente uno de sus puntos fuertes.
El SL 500 no necesita insinuar lo que esconde bajo el capó ni sugerir desde el primer vistazo hasta donde llegan sus posibilidades, la persona que va al volante lo sabe, y es más que suficiente. Es un deportivo elegante, probablemente como su propietario, y el potente bloque V8 de 4.663 centímetros cúbicos y 435 CV te permite deslizarte sobre el asfalto a gran velocidad sin apenas darte cuenta. Eso sí, te resultará realmente complicado bajar de los 9 litros/100 km de consumo en carretera y de los 15 litros/100 km en ciudad o disfrutando de sus prestaciones.
En el SL500 no te sientes como el típico jovencito a los mandos de un coche potente, sino como ese hombre de negocios trajeado que roza los 30 y está deseando salir del trabajo el viernes por la tarde, montarse en su coche, abrir la capota, aflojarse el nudo de la corbata y dejar que el aire le despeine el pelo engominado mientras disfruta conduciendo de vuelta a casa.
Su interior se presenta lujoso y, para nuestra sorpresa, mucho más cómodo de lo que cabría esperar en un roadster biplaza, ya que las mayores dimensiones exteriores respecto a la generación anterior también le han permitido ganar en habitabilidad. Al igual que ocurre en el exterior, el diseño del salpicadero no resulta sobrecargado, incorporando únicamente los controles necesarios y una discreta palanca para gestionar la caja de cambios automática 7G-TRONIC PLUS (incluye levas tras el volante) en la consola central.
Como no podría ser de otra manera, el tacto y calidad de los materiales son dignos de un coche de su clase, e incorpora numerosas soluciones para hacer aún más confortable el habitáculo como un reposabrazos central que esconde el sistema de apertura de la capota, sistema AIRSCARF en ambas plazas o un pequeño hueco tras los asientos para dejar pequeños objetos o las chaquetas, entre muchas otras.
En carretera, el SL demuestra aplomo, confort y decisión, pero cuando nos adentramos en curvas reviradas sus cotas comienzan a penalizarle ligeramente en agilidad. Pero no nos equivoquemos, no es ni mucho menos un coche aburrido y el hecho de haber “adelgazado” 125 kg respecto de su predecesor se notan considerablemente.
En el lado opuesto, otro de los modelos que merece especial mención es el Mercedes A 45 AMG. Y decimos en el lado opuesto porque su diseño es todo lo contrario al del SL, ya que deja a un lado la discreción y se viste con las mejores galas de ‘chico malo’.
El Mercedes A45 AMG cuenta con una estética tan radical como discreta al mismo tiempo y su motor sorprende gratamente por su comportamiento y explosividad, aunando rendimiento y consumos contenidos.
Estéticamente es algo difícil diferenciarlo de un Clase A equipado con el paquete AMG, pero las llantas negras y las pinzas de freno rojas le delatan, por no hablar del impresionante sonido de su motor. Dicho sonido se ve acentuado considerablemente si optamos por el escape Performance que equipaba el modelo de las imágenes, haciéndonos disfrutar en cada aceleración.
Respecto a su comportamiento, el A 45 AMG se mueve con soltura en carreteras reviradas, mientras su propulsor de 360 caballos y 450 Nm de par pide gas a gritos a la salida de cada curva. Pero si queréis conocer todos sus detalles en profundidad, lo mejor es que le echéis un vistazo a la prueba del modelo.
Similar al A 45 AMG es su ‘hermano mayor’, el GLA 45 AMG, aunque su diseño se nos antoja menos extrovertido y su comportamiento algo más perezoso. Estéticamente podría pasar desapercibido ante un 220 CDI equipado con paquete AMG, y lo cierto es que a nuestro parecer pierde bastantes puntos por ello.
Aun así, este coche es otra delicia. Su paso por curva es rápido y su motor -el mismo del A 45 AMG- parece no agotarse nunca. El hecho de ser algo más grande y más alto que el Clase A le penaliza ligeramente en algunas cotas y en agilidad, pero a cambio nos ofrece más espacio y ese aspecto crossover que tan hondo ha calado en nuestra sociedad.
Por último y, completamente distinto a los demás, es el Mercedes ML 63 AMG, un gigante que esconde dosis de potencia a raudales en su interior. Su especialidad reside en que es uno de los últimos modelos que incorporarán el majestuoso propulsor V8 biturbo de 5,5 litros de AMG, que como ya os comentamos en su día, desaparece de cara a 2016.
Con sus 525 caballos, este gigante todoterreno de 4,8 metros de longitud se desliza con soltura y aplomo sobre el asfalto mientras su conductor puede disfrutar recostado en los amplios asientos. Evidentemente, no tiene la agilidad del resto de sus compañeros en las carreteras de montaña por las que transcurre nuestra ruta, pero es el vehículo ideal para la vuelta a casa por autopista (si los consumos no son una preocupación, claro).
En cualquier caso, su período de vida está cerca de llegar a su fin, pues ya conocemos todos los detalles del nuevo Mercedes-Benz GLE, el sustituto del ML que también contará con una versión AMG e incluso una variante coupé, el Mercedes GLE Coupé.
Sin duda, fue una jornada llena de emociones y buenos momentos a bordo de la gama más potente de la marca de la estrella. Desde Autonocion.com queremos agradecer al Grupo Itra que contaran con nosotros un año más, aunque finalmente no pudiéramos disfrutar de la presencia de los Mercedes S63 AMG y C63 AMG Estate a los que tantas ganas teníamos ¡Otra vez será!
Lamentable la tablet esa pegada ahí.
Lamentable?? Pues mercedes lo tiene y seguro que lo ves y si te gusta.