En los últimos años algo ha cambiado en la industria automovilística y se han sucedido diferentes acontecimientos que han provocado una gran polémica y ríos de tinta: la demonización del diésel, los nuevos protocolos anticontaminación en las grandes ciudades, las duras medidas de la Unión Europea para reducir los límites de emisiones y un tedioso proceso de electrificación de los vehículos que tiene un único objetivo, la transición del motor de combustión al eléctrico.
Nos guste o no es una realidad, y ya son muchos países los que han establecido una fecha de caducidad a las mecánicas de combustión, especialmente a estos últimos en las grandes ciudades europeas. A esto hay que sumar la gran confusión que existe hoy en día sobre los vehículos híbridos, eléctricos, GLP y GNC, por eso la gran mayoría de usuarios viven con especial desconcierto este momento de transición hacia una movilidad más ecológica y sostenible.
Aunque de todos estos que hemos mencionado, el coche eléctrico es el principal protagonista, presentado como el «gran salvador» de todos nuestros problemas. Aún así, siguen existiendo múltiples desventajas que lo sitúan lejos de hacerse con un amplio hueco mercado, como su elevado precio, su limitada autonomía o la necesidad de un punto de recarga disponible. Consulta aquí cuánto tarda en recargar un coche eléctrico.
Hace poco os contamos con máximo detalle qué tienes que hacer para instalar un punto de recarga de eléctricos en tu garaje, pero hoy vamos a centrarnos en los tipos de recarga que existen en la actualidad, otro de los aspectos más complejos del coche eléctrico. En los últimos años hemos conocido todo tipo de soluciones como las carreteras electrificadas en Suecia, las autopistas que recargan la batería en Inglaterra, o tramos capaces de recargar eléctricos gracias a energía solar en China.
Existen multitud de ideas innovadoras y muy creativas, pero pocas realistas a día de hoy con la infraestructura existente. Otro de los grandes problemas es la guerra de formatos de la que os hablaremos más adelante, uno de las principales rompecabezas que existen frente a una unificación de formatos que facilitaría la llegada del coche eléctrico. Empezaremos repasando los diferentes tipos de recarga, tipos de conectores y modos de carga existentes hoy en día.
Tipos de recarga en un coche elétrico
- Super-lenta: Es muy poco común y apenas se encuentran puntos de recarga de este tipo, la intensidad de corriente es de tan solo 10 A o incluso menos. La recarga completa de un vehículo eléctrico estándar (con una batería de unos 24 kWh) tardaría en completarse entre diez y doce horas aproximadamente.
- Convencional: Esta es una de las más habituales, a pesar de seguir siendo un tipo de carga lenta. La intensidad de corriente es de 13 amperios y 230 voltios, es decir, la misma intensidad y voltaje que una vivienda normal. Recargar un vehículo con este tipo de recarga nos llevará entre seis y ocho horas de media, por eso es idónea para llevar a cabo durante la noche en tu plaza de garaje. Es la recarga más sencilla, ya que solo requiere un conector Shuko y no requiere ningún tipo de instalación. Otra de las ventajas de recargar nuestro coche eléctrico por las noches es la baja demanda de energía y por lo tanto un menor gasto.
- Semirrápida: La principal diferencia de esta con la convencional es que, en este caso, sí necesitamos una instalación previa de una caja o wall-box que irá situado en la pared. El tiempo de recarga desciende a tan solo 4 horas con una intensidad de 32 amperios y 230 VAC de voltaje eléctrico. Cada wall-box es capaz de proporciona una potencia de hasta 7,3kW. La recarga semirrápida utiliza un conector Mennekes o de Tipo 2, uno de los más seguros, ya que evita que cualquiera pueda desconectarlo una vez cerramos el vehículo.
- Rápida: Una de las grandes ventajas de este tipo de recarga es que necesita mucho menos tiempo para completarse (hasta un 80% de la batería en 15 minutos), aunque por otro lado suele resultar bastante más cara y no es recomendable de forma habitual, ya que puede reducir la vida útil de las baterías de un coche eléctrico. La recarga rápida se lleva a cabo con dos tipos de conectores, o bien uno único combinado (CSS) a nivel europeo y el CHAdeMO, estándar de los fabricantes japoneses. Los principales fabricantes europeos (BMW, Daimler o Volkswagen) utilizan el conector CSS que permite cargar hasta 350 kW de potencia, pero no son muy comunes ya que la instalación de cada punto de recarga rápida es muy cara.
- Ultra-rápida: A día de hoy es un tipo de recarga experimental que apenas se utiliza. Tan solo se ha probado en algunos prototipos eléctricos con acumuladores del tipo supercondensadores, de esta forma se pueden recargar baterías en tan solo cinco minutos. La principal desventaja es que las baterías no aguantan las altas temperaturas provocadas por este tipo de recarga y por lo tanto, se reduce drásticamente su vida útil a largo plazo.
Tipos de conectores para cargadores de coches
Además de conocer los diferentes tipos de recarga hay que tener en cuenta los tipos de conectores para la recarga de un coche eléctrico. Un conector es el «enchufe» por el que llega la corriente a nuestro vehículo para que se produzca la recarga de la batería, existen de todos los tipos, formas y tamaños y ese es hoy en día uno de las mayores problemas, la falta de estandarización.
- Shuko: Es compatible con las tomas de corriente europeas y responde al estándar estándar CEE 7/4 Tipo F. El conector doméstico Shuko se caracteriza por tener toma de tierra, dos bornes y soportar corrientes de hasta 16 A. Esto significa que solo en compatible con recargas lentas y es fácil encontrarlo para recarga de bicicletas, motocicletas o patinetes eléctricos.
- SAE J1772 (Tipo 1): También denominado Yazaki, es un estándar japonés para una recarga en corriente alterna. Está compuesto por 5 bornes, dos de corriente, uno de tierra y dos complementarios, siendo un conector específico para vehículos eléctricos. Con 43 mm de diámetro tiene dos niveles diferentes, uno con 16 A y un segundo de hasta 80 A que está asociado a la recarga rápida. Este conector es uno de los más comunes, podemos encontrarlo en vehículos eléctricos e híbridos como el Misubishi Outlander, el Nissan Leaf o el Toyota Prius plus-in hybrid.
- MENNEKES (Tipo 2): Aunque no es específico para vehículos eléctricos se utiliza habitualmente para la recarga, es un conector alemán de tipo VDE-AR-E 2623-2-2 y 55 mm de diámetro. En el caso del conector MENNEKES encontramos hasta 7 bornes: cuatro de corriente trifásica, uno de tierra y dos para comunicaciones. Podemos elegir entre una recarga rápida con hasta 63 A de intensidad o una recarga lenta de hasta 16 amperios. Modelos como el BMW i3, Renault Zoe o el Tesla Model S utilizan un conector de este tipo para su recarga.
- Único o Combinado (CCS): Fue creado por alemanes y norteamericanos como una solución estándar. Este conector se caracteriza por tener hasta 5 bornes para corriente, toma de tierra y comunicación con la red. Al igual que el MENNEKES admite tanto una recarga rápida como una lenta, por lo que una de sus ventajas es la polivalencia de uso. Marcas como Porsche, Volkswagen o BMW utilizan el conector único o combinado para diferentes modelos.
- Scame (Tipo 3): También podemos encontrarlo con el nombre de EV Plug-in Alliance. Puede tener 5 o 7 bornes dependiendo de si la corriente es monofásica o trifásica. El conector Scame admite una intensidad de corriente eléctrica de hasta 32 A para una recarga semi-rápida. Renault utilizaba este tipo de conector hasta el año 2015, cuando optó por dar el salto al MENNEKES.
- CHAdeMO: Por último está el CHAdeMO, el estándar de fabricantes japoneses como Mitsubishi, Nissan o Toyota. Fue creado para una recarga rápida en corriente continua y por ello dispone de 10 bornes, además de toma de tierra y comunicación. Es el que admite mayor intensidad de todos, hasta 200 A, por lo que también es válido para recargas ultra-rápidas. Además, es el que tiene un mayor diámetro y hoy en día podemos encontrarlo para recargar coches como el Nissan e-NV200 o el Citroën C-Zero en pocos minutos.
Modos de carga en coches elétricos
Una vez hemos sido capaces de diferenciar entre los tipos de conectores y de recarga tenemos que tener en cuenta un tercer factor a la hora de cargar un coche eléctrico, y es el nivel que comunicación existente entre el vehículo y la infraestructura de recarga. Según el nivel que exista podremos tener el control de la recarga para poder programarla, detenerla, ver el estado en el que se encuentra o reanudarla en cualquier momento.
Existen hasta cuatro modos diferentes de carga:
- Modo 1: En este, no existe comunicación con la red, es un modo de carga en corriente alterna creado para pequeños dispositivos, por lo tanto, no se aplica en vehículos eléctricos. Este modo de comunicación suele ir asociado a un conector Shuko.
- Modo 2: Si subimos un nivel, pasamos de no tener ningún tipo de comunicación a que exista un nivel bajo. Este modo se caracteriza por una recarga lenta en corriente alterna y desde un enchufe que podemos encontrar en cualquier hogar. El cable tiene un dispositivo de control piloto que nos sirve para verificar si la conexión con el vehículo es correcta. De nuevo, podemos encontrarlo asociado a un conector Shuko.
- Modo 3: Es quizás el más corriente que podemos encontrar a día de hoy para la recarga de un vehículo eléctrico, ya que nos permite tener un control sobre la carga y realizar recargas semi-rápidas con una potencia que varía entre los 15 y 40 kW. Por lo tanto, existe un alto grado de comunicación con la red, es el ejemplo de los conectores de tipo Scame, MENNEKES y SAE J1772.
- Modo 4: Por último, encontramos el modo más elevado de comunicación entre nuestro vehículo y el punto de recarga. Este nos permite llevar a cabo recargas a velocidades muy altas con una potencia superior a los 40 kW. Es el ejemplo del conector CHAdeMO.
¿Qué pasa con la recarga inalámbrica?
Actualmente los cargadores inalámbricos son una solución idónea para todo tipo de gadgets y aparatos electrónicos, principalmente smartphones. Por eso, algunos fabricantes y empresas llevan años trabajando en trasladar esta misma tecnología a los vehículos eléctricos, es el ejemplo de BMW que este mismo año ha lanzado un cargador inalámbrico por inducción que incluye un GroundPad y un CarPad colocado en la parte inferior del vehículo.
El principal problema de esta tecnología es el precio, por eso, habitualmente los cargadores inalámbricos van asociados a un contrato de alquiler. Además, la velocidad de recarga y potencia no suele ser excesivamente alta, pero esto podría cambiar muy pronto. Recientemente un grupo de investigadores de del Laboratorio Nacional Oak Ridge del Departamento de Energía de los Estados Unidos ha presentado un sistema de carga inalámbrica con hasta 120 kW de potencia.
Esto podría suponer un gran paso para la implantación de la recarga inalámbrica, y es que este sistema del ORNL podría llegar a transferir hasta potencias entre los 350 y 400 kW. Con semejante potencia podríamos cargar un coche eléctrico en solo 15 minutos, un tiempo récord para este tipo de recarga. El salto es importante, teniendo en cuenta que el primer sistema de recarga por inducción tan solo podía transferir 20 kW, ahora la cifra aumenta a 120 kW con una eficiencia del 97%.
La guerra de formatos ¿Cuál es la solución?
Uno de los mayores impedimentos que existe en la actualidad asociados al coche eléctrico es la guerra de formatos entre marcas y fabricantes, lo que ha provocado que convivan multitud de conectores a la vez, en lugar de apostar por uno solo. Según las estimaciones realizadas por el banco suizo UBS, sería necesaria una inversión de 294.000 millones de euros para crear una infraestructura de carga global para facilitar la transición al vehículo eléctrico.
Pero cualquier esfuerzo sería en vano si antes no existe un acuerdo entre fabricantes para estandarizar los conectores utilizados en la recarga de vehículos eléctricos. Por eso ahora, BMW, Daimler y el Grupo Volkswagen están preparando una red de recarga de alta potencia junto con Ford para el año 2020, el objetivo es el que el conector tipo CSS o Combinado sea el más utilizado en todo el mundo.
Según las palabras de Nicolas Meilhan, analista de la consultora Frost & Sullivan: «Si conduce un coche de gasolina, podrá repostar en cualquier lugar del mundo, un objetivo que no se conseguirá con los vehículos eléctricos».
Según informa Reuters, la cantidad de formatos de enchufes tendrá que limitarse en el futuro para poder mantener los costes controlados. Por eso, lo lógico sería que todos los fabricantes de vehículos eléctricos elijan un único formato para la recarga de sus modelos, facilitando así la vida a todos los usuarios cada vez que tengan que detenerse en una estación de recarga. Por eso, ahora nos preguntamos… ¿Qué formato podría predominar en un futuro?
Aquí te contamos cuánto cuesta cargar un coche eléctrico.
Al menos en Europa, todo parece indicar que el formato CSS o Combinado (elegido por la Unión Europea como el estándar de carga) será el más común dentro de muy pocos años. BMW, Daimler y el Grupo Volkswagen instalarán hasta 400 estaciones de carga rápida en las carreteras de 18 países europeos, mientras que en la actualidad ya existen 7.000 puntos de recarga CSS en todo el mundo según CharIN. En cargacar.com tienes información de productos para cargar el coche.
En definitiva parece que aún habrá que esperar para exista un formato estándar, pero en un futuro no tan lejano podría convertirse en una realidad. Esta sería una de las claves para la transición al vehículo eléctrico, que de momento está siendo lenta y escalonada debido a su alto precio y escasa autonomía.
La mejor recarga, es la que se hace sin utilizar ninguna de las formas expuestas el articulo.
Esta forma de recarga, es, la que aplicando la teoría (1+1), la bateria se recarga con su misma energia.