La dirección es suave, con su excesiva asistencia la comodidad prima en cualquier circunstancia, pero no busques más. El cambio en cambio es duro y preciso, y gracias a la sexta marcha adicional que te regala, una de las cosas que más gusta del conjunto. Las bondades de esa marcha larga son conocidas, es una pena que por debajo de ciertas velocidades enseguida necesites reducir para no ahogar el motor.
Los frenos por su lado cumplen suficientemente, acompañados de una suspensión que se insinúa sutilmente en cada apoyo o frenada fuerte, pero sin llegar a dar el susto. A ello suma y sigue un calzado digno y más que digno, con neumáticos 215/60/ sobre llantas de aleación de 16 pulgadas. En ciudad, pese a parecer otro vehículo cualquiera más, su anchura y longitud lo hacen delicado de conducir para según qué manos y no es para menos con 2,20 metros y 4,80.
Con estas credenciales el espacio a bordo da como para hacer una fiesta, o si lo prefieres, para viajar cómodamente con otros 7 pasajeros durante mucho más trayecto que el que haya de tu ciudad al aeropuerto más cercano.
Bajo el capó su cuatro cilindros de 1997c.c. con turbo y 125cv hará las delicias de prácticamente cualquier conductor. En las marchas medias, acertar en el comienzo de la aceleración con el correcto régimen de vueltas para ese menester puede significar pegarse al asiento de una forma anormal para un vehículo de este tipo, al asiento.
No es de extrañar este alarde de capacidades cuando se sabe que hay 320Nm disponibles desde 1900rpm, algo que colabora junto con la potencia a que no haya desfallecimiento alguno en ningún tipo de circunstancias, como si de una locomotora se tratase.
La aceleración de 0 a 100 es de 13,2s, con especial mención a la notable patada del turbo, y la velocidad máxima es de 170kms/h, cifras todas ellas normales para un automóvil, pero muy buenas para uno de estas características con un motor de las dimensiones del de este Jumpy.
Sus capacidades son altas, incluso a plena carga, algo que más allá de pasajeros y maletas, no es posible probar dadas las características del modelo. Para quienes gustan de otro tipo de servicios, de cargas de envergadura o simplemente de un vehículo versátil y polivalente sin limitaciones, algo que se puede conseguir solo con la instalación de un separador de carga, lo que da pista libre a cualquier uso, pero que sin ello nos puede suponer una jugosa multa que no nos evitará ni el tintado de lunas tan habitual en este tipo de vehículos.
Este alarde de comodidad y tecnología sobre ruedas tiene en su contra un peso de 1901kg, que se traduce en litros a los 100 en una media ponderada de 6,9 litros, de casi 8 en ciudad y de 6,5 en carretera, para lo que los 80 litros de capacidad de que dispone su depósito se prestan más que suficientes como para que en la gasolinera no se queden con nuestra cara.
Después de todo esto, uno puede pensar que cuando tienes tanto, ¿lo que pagas es cuanto? Pues escasamente 25.000 euros, que teniendo en cuenta lo que tienes de más en comparación con un C5 familiar, lo puedes convertir en una gran alternativa dentro de la marca si quieres.
A favor
– Las capacidades de su mecánica son dignas de elogio incluso a plena carga.
– Un equipamiento de serie bueno que todavía es posible complementar con más opcionales sin gastarse mucho dinero.
– El aplomo en autopistas y vías rápidas.
En contra
– Los consumos a ciertos ritmos se ven penalizados, fruto además de su aerodinámica, de un motor que invita a cruceros elevados.
– La entrada y salida del vehículo es demasiado agresiva para el asiento del conductor, desgaste que se dejará notar a corto plazo.
– El portón trasero no es todo lo práctico que pueden ser las dos puertas batientes tradicionales.