Hoy en día estamos viviendo una lenta y compleja transición energética hacia tecnologías de emisión cero como la batería eléctrica o el hidrógeno. La persecución indiscriminada a todos los vehículos diésel y de combustión en general propone algunas soluciones a medio plazo como son los motores que funcionan con GLP o GNC. Estos últimos, han sido recientemente objeto de estudio por parte de la red europea ‘Transport and Environment (T&E)‘, que ha elaborado un revelador informe.
Este estudio titulado “GNC y GNL para vehículos y buques: los hechos” arroja datos y conclusiones a tener en cuenta para el futuro, como que los vehículos a gas tienen un rendimiento similar al de los vehículos que utilizan combustibles fósiles. Según los diferentes ensayos llevados a cabo por este organismo el gas fósil utilizado en el transporte no tiene ningún beneficio significativo. Asociaciones como Ecologistas en Acción, Eco-Unión y PTP ya han pedido que se debe comenzar a gravar el gas al igual que el gasóleo y la gasolina.
Para poder entender mejor las consecuencias del uso del gas en el transporte han contabilizado también las fugas de metano y los efectos desde la fuente, la conclusión a la que han llegado es que en la mayoría de los casos no se aprecian beneficios climáticos apreciables en comparación con los combustibles fósiles. El metano es un gas de efecto invernadero muy poderoso con un potencial de calentamiento 86 veces superior al del CO2, por lo que sus efectos siguen siendo gravemente nocivos para el medioambiente.
Algunas de las cifras que arroja este informe es que en los turismos las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del gas natural pueden estar entre un máximo del 106 % y un mínimo del 93 % en relación al gasóleo.
Si comparamos los demonizados vehículos diésel con uno de GNC descubrimos que la diferencia no es tan importante, ya que la ventaja en términos de calidad del aire es mínima. Por otro lado, las fugas del metano a lo largo de toda la cadena de suministro (extracción, transporte, repostaje) tienen un gran efecto negativo en el impacto climático, algo que contrasta radicalmente con la buena imagen de la que goza el GNC en la actualidad.
En la actualidad, las administraciones públicas buscan erradicar del mapa a todo vehículo de combustión, especialmente a los diésel, quizás sin demasiado conocimiento de las alternativas que proponen. Por eso ahora desde T&E, Ecologistas en Acción, Eco-Unión y PTP piden que los vehículos GNC no se beneficien de rebajas de impuestos u otras ventajas de las que gozan en la actualidad.
En España el gas disfruta de un impuesto 88 % inferior al del gasóleo y un 91,4 % inferior al de la gasolina, algo que también ocurre en Europa, especialmente en países con elevadas ventas de vehículos GNC y GNL. En resumen, este estudio concluye que «los turismos, camiones y buques a gas no tienen beneficios para el clima» y son «una distracción para conseguir el objetivo real, que es un modelo de transporte con cero emisiones«. Una vez más, el negocio prima frente al medio ambiente.