Hoy estrenamos una nueva serie de artículos llamada «coches de cine» en ella, hablaremos de los coches que hicieron historia en las películas junto a sus protagonistas. No solo trataremos films actuales sino también algunos clásicos del cine que nos harán ponernos nostálgicos, porque seamos realistas quien no ha pensado alguna vez «Ya no hacen películas como antes».
De hecho, me he enterado de que esta semana se presentaba un nuevo libro de James Bond llamado «Carte Blanche». Y de repente, he tenido la idea de compartir con vosotros la belleza de los coches Bond:
Digo esto, ya que en las numerosas películas de James Bond, no sólo ha sido protagonista el mismo personaje, sino también las chicas Bond y sin duda los impresionantes coches que lo acompañaban en escenas de acción al mando de un volante. Para que os vayáis haciendo una idea de lo que nos espera, haremos mención a aquellos míticos modelos como:
1964 Goldfinger: Aston Martin DB5
1977 The Spy Who Loved Me: Lotus Esprit
1983 Octopussy: Alfa Romeo GTV6 Quadrifoglio
1987 The Living Daylights: Aston Martin V8 Vantage Series III
1995 GoldenEye: BMW Z3 y Aston Martin DB5
1997 Tomorrow Never Dies: BMW 750Li
1999 The World Is Not Enough: BMW Z8
2002 Die Another Day: Aston Martin Vanquish V12
2006 Casino Royale: Aston Martin DBS
2008 Quantum Of Solace: Aston Martin DBS
Foto: autor
Pues bien, hoy hablaremos sobre el Aston Martin DB 5 y el Lotus Esprit, que fueron los primeros en ver las pantallas junto al espía británico.
Sin duda, si hemos visto algunas de ellas sabremos que Aston Martin es la marca más fiel del super agente británico, pues como podéis ver ha aparecido en múltiples ocasiones en la Saga Bond. Y no hay más que ver como le sienta al carismático protagonista llevar un automóvil con semejante, glamour, clase y distinción, aunque el escritor de las novelas Ian Fleming, lo describiese siempre junto a un Bentley.
El DB5 (1964) apareció con Sean Connery en “Goldfinger”, “Operación Trueno” y con Pierce Brosnan en “Goldeneye”. Para estar a la altura de las exigencias del super agente, el vehículo tuvo que sufrir una serie de modificaciones en la ficción que lo dotaba de mecanismos especiales como: el asiento eyectable, las placas de matrículas giratorias, armas de fuego frontales, cristales blindados, escudo trasero a prueba de balas, propulsores traseros, perforador de neumáticos, radar, pantalla de humo, teléfono en la guantera e incluso una nevera para guardar el champagne.
Saliendo de la ficción, éste deportivo de origen británico tiene un peso de 1565kg y cuenta de serie con un motor de 4.0 litros de 218 CV de potencia, que no estaba nada mal para su tiempo, seis cilindros en línea de 3995cc y 12 válvulas en posición delantera. Además aceleraba de 0 a 100 en 8.1seg, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 227km/h. Sin olvidar que la fuerza motor se trasmite por tracción trasera.
Aquí vemos su primera aparición con un jovencísimo Sean Connery.
https://www.youtube.com/watch?v=1FWwU82qYgo
Y años más tarde, una carrera con el descarado Pierce Brosnan:
https://www.youtube.com/watch?v=IiDw1ZrOxb4&feature=related
Foto: autor
Y como olvidarnos del característico Lotus Esprit que aparece en “La espía que me amó” al volante con Roger Moore y en “Sólo para sus ojos”. Este sin duda se convirtió en el coche con los extras más estrafalarios, porque si hasta entonces Bond nos tenía acostumbrados a coches antibalas o ignífugos, este resultó el más alucinante. Con esas curvas pasó fácilmente de automóvil a submarino, ¿Véis?
Eso no es todo, también contaba con misiles de tierra-aire, cargas de profundidad, pantallas de tinta, arpones submarinos explosivos, y el sistema de autodestrucción. Vamos…una joya para el medio acuático…
En el mundo real se trataba de un coche con chasis de acero y fibra de vidrio, cuyo motor de gasolina de 4 cilindros en línea y 2.0 litros gozaba de 160 CV (140 CV en EEUU). Con tan sólo 900kg y con un cambio manual de 5 velocidades alcanzaba los 217km/h, y pasaba de 0 a 100 en 6,9seg. Ahora pensaréis: «con ese peso debía ser pequeñito», pues la verdad es que medía 4,20m de largo, 1.86m de ancho, y 1,11m de alto. ¿Raro verdad?
Para despedirnos, hasta la próxima entrega, aquí tenéis la mítica escena del Lotus submarino, espero que la disfrutéis tanto como yo.
https://www.youtube.com/watch?v=Xyd66sV4DXU&feature=related
Foto principal: autor