Hace un siglo que no se produce, pero el legendario Ford T, contra todo pronóstico, sigue siendo el mito del automóvil. Sencillo, rudo y barato, así nacía el gran invento de Henry Ford, una revolución que catapultaría la industria del motor y sentaría las bases del llamado fordismo, uno de los sistemas de producción industrial más famosos del siglo XX.
La tecnología y conducción del Ford T eran totalmente rudimentarias. De hecho, hoy día es probable que muchos no sepan ni como arrancar el motor, ya que sus mandos distan mucho del automóvil actual. ¿Has pensado alguna vez en cómo se conduciría? Ya te avanzamos que por intuición no lo vas a tener fácil, así que coge papel y lápiz que uno nunca sabe en manos de qué coche puede acabar.
Los mandos
A bordo de un Ford T de 1924 puedes percatarte de la gran sencillez que alberga. Para empezar, la disposición de los pedales es muy dispar a la de un coche de hoy. El pedal izquierdo es el embrague, que poco tenía que ver con el que usamos hoy día. El central era la marcha atrás; mientras que el pie derecho hacía la función de freno.
¿Te estás preguntando por el acelerador? El volante del Ford T era custodiado por dos palancas que sobresalían de la columna de dirección. La palanca izquierda ajustaba el avance de encendido dependiendo de las condiciones de circulación. El acelerador era controlado por la palanca derecha, que mantenía accionada la velocidad de crucero.
Los mandos del Fort T eran muy rudimentarios. En el interior del coche primaba la sencillez.
Eso sí, para sus 20 CV de potencia, el Ford T podía llegar a alcanzar hasta 70 km/h. En la parte izquierda del conductor, anclado al piso del coche, encontrabas la palanca del freno de mano, que constaba de tres posiciones. Si estaba corrida hacia atrás, el coche tenía el freno de mano activado, mientras que si estaba colocada en el centro, la transmisión estaba en posición neutral.
Para poder engranar la segunda marcha, era necesario que la palanca estuviera en la posición delantera, justo al fondo del todo. En el salpicadero, el Ford T equipaba otros componentes más de suma importancia. Uno de ellos era el bombín de arranque, que constaba de la posición de magneto y la posición de batería.
Además, justo al lado del bombín, una palanca permitía la entrada de aire del motor en el arranque en frío. Ya sabes, por aquello de si la cosa se complica. Todo sencillo, ¿verdad?
El arranque
Pese a que algunas versiones constasen de motor de arranque, lo cierto es que las primeras unidades se arrancaban a mano, a golpe de manivela. Para el primer caso, un botón situado bajo las piernas, cerca de los pedales, activaba un motor eléctrico para encender el vehículo. Para el segundo, la cosa era más complicada.
Con el arranque a mano, lo primero a tener en cuenta era el cebado del motor, que consiste en introducir gasolina en la cámara de combustión ¿Cómo se hace? Hay que girar la manivela de arranque, situada en la parte frontal del vehículo, sin tener el contacto activado. Lo suyo es que el motor de dos o tres vueltas de cigüeñal, a fin de que tengas suficiente combustible para arrancar el motor.
Además, ten en cuenta que, con la mano que queda libre -la izquierda-, hay que regular el estrangulador, de tal forma que la derecha sea la que gire la manivela. El paso siguiente es arrancar el motor. Para ello, activaremos el contacto, retrasaremos el encendido con la palanca izquierda del volante y daremos un poco de gas con la palanca derecha.
Ojo con no dejar el freno de mano activado, que de lo contrario podría ser peligroso.
Ahora, para arrancarlo, será necesario que uses tu mano derecha, nunca la izquierda. El giro del motor es muy brusco, con lo que en caso de movimientos inesperados, podría romperte la muñeca. Con uno o dos giros fuertes de manivela deberían ser suficiente. Eso sí, al estar arrancado regula bien el avance de encendido, que de lo contrario puede calarse el motor.
Al volante de un Ford T
Conducir un Ford T es toda una experiencia, no lo vas a olvidar. Para empezar, una vez tenemos el motor arrancado, hay que pisar el freno, que esto es el pedal derecho. Justo después será necesario que retires el freno de mano, con lo que deberás avanzar la palanca en el punto de en medio. Ahora tendremos el coche en posición neutral.
Para emprender la marcha, hay que pisar el pedal izquierdo, el pedal del embrague. Este acoplará la transmisión al motor y se engranará la primera marcha. Es importante que si se quiere seguir avanzando, se mantenga pulsado el pie del embrague, justo lo contrario a lo que hacemos en un coche convencional.
El Ford T solo cuenta con dos relaciones de transmisión, así que al alcanzar los 20 km/h podías acoplar la segunda marcha. Para ello, es necesario que la palanca de la parte izquierda se empuje hasta el fondo. Ello provocará que el pedal del embrague cambie de posición, de tal forma que solo faltará que sueltes el pie del pedal para poder engranar la segunda.
Para avanzar en un Fort T, tenías que pisar el pedal del embrague, justo lo contrario a un automóvil convencional.
Para frenar, hay que pisar el pie derecho y, en caso de querer detenerse, hay que pisar el embrague para desacoplar la transmisión del motor. Para frenadas muy bruscas o las frenadas de emergencia, también puedes tirar del freno de mano. Finalmente, si quieres circular marcha atrás, el mecanismo no tiene mucha complicación.
De hecho, es muy similar a la primera marcha, solo que ahora pisando el pedal del centro, habiendo acoplado primero la posición neutral. Ten en cuenta que si no se aplica presión sobre el pedal, el vehículo no se mueve. ¿Esperabas que conducir un Ford T fuera tan diferente? Si no te has aclarado con algún paso, en los vídeos puedes repasar lo detallado.
Artículo de Joan Bassa Moragues
Señores, la manivela de acciona con la mano izquierda, no se usa la derecha, la contra explosión te rompería la muñeca( con la izquierda solo te hace soltar la palanca) revisen el vídeo que UD mismos comparten!!!