Hace ya tiempo que el GPS –Global Positioning System o Sistema de Posicionamiento Global- dejo de ser un invento revolucionario. Actualmente, todos tenemos un navegador, ya sea integrado en el coche o en nuestro smartphone, lo que lo ha convertido en un producto de lo más común e imprescindible, ya sea en largos viajes, para el trabajo o en el día a día.
A estas alturas de la película ya te habrás percatado de que la gran mayoría de los coches nuevos incluyen el GPS de serie desde los acabados intermedios de la gama, mientras que el precio de los navegadores externos es asumible y, en muchos casos, también nos resulta posible tener un GPS en el coche gracias a la conectividad de Apple CarPlay y Android Auto.
Ha quedado claro que existen diversas opciones para tener un navegador en el coche. Este nos lleva de un lado a otro de forma rápida y sencilla, pero en algunas ocasiones, no configurarlo correctamente nos puede llevar a asumir costes innecesario -como un peaje- o a vivir en una tortura por el excesivo volumen de las indicaciones.
Esa es precisamente la razón por la cual hoy voy a dedicar unas líneas a explicaros detalladamente la configuración básica del navegador, a fin de que podáis sacarle el máximo rendimiento y sea una ayuda en lugar de un castigo. Veréis que se trata de unos pocos ajustes muy sencillos, pero necesarios de personalizar para no llevarnos sorpresas durante el trayecto.
La importancia de actualizar el GPS
Hay quien no le da especial importancia a la actualización del navegador, pero hay que tener en cuenta que el GPS está pensado ahorrar tiempo y reducir el consumo de carburante. Si no tenemos disponible la última versión del mismo, el navegador podría llevarnos por carreteras que están de obras, calzadas cortadas o incluso vías que ya no existen, en vez de esa nueva autopista tan espléndida que acaban de abrir al tráfico.
Es por ello que resulta muy recomendable actualizar el navegador cada cierto tiempo, especialmente cuando vayamos a realizar un viaje largo. Normalmente, aquellos que cuentan con conexión a Internet nos ofrecen la opción de actualizarse de manera automática. Y ojo si vas a viajar al extranjero, asegúrate previamente de que el destino está cartografiado, porque podrías tener que comprar una ampliación de los mapas.
Controla el volumen
No menos importante es ajustar el volumen del navegador para evitar sobresaltos durante la marcha, cortes en la reproducción de la música que vamos escuchando o la ausencia de algunas indicaciones que podrían ser importantes.
En la actualidad, los navegadores del coche nos permiten seleccionar si queremos escuchar todas las indicaciones, ninguna o sólo las alertas; si queremos el volumen alto, bajo o medio; y los ajustes de volumen de la música cuando el navegador nos da las instrucciones. Adicionalmente, si se trata de un navegador externo como el del teléfono móvil, puede que incluso nos de la opción de reproducir las indicaciones a través de los altavoces del vehículo gracias al bluetooth.
Ajusta tus preferencias en la configuración del GPS
Todos los GPS disponen una serie de preferencias que podemos activar o desactivar en los ajustes de ruta. Es importante que dichos ajustes los lleves a cabo antes de iniciar la marcha, ya que de lo contrario podrían sancionarte con 200 euros y tres puntos del permiso de conducir, aunque lo hagas mientras el semáforo está en rojo. Las opciones más recurrentes en los navegadores son:
- Evitar peajes: es conveniente desactivar la opción de los peajes si no quieres asumir costes adicionales durante el viaje, pero también debes de tener en cuenta que normalmente las vías de peaje son más rápidas y tienen menos tráfico que otras autopistas o carreteras convencionales.
- Evitar autopistas: puede que seas de esos a los que les gusta disfrutar del paisaje que brindan las carreteras secundarias españolas o conocer los pueblecillos más recónditos, así que en estos casos la mejor opción es evitar las autopistas. Eso sí, ten en cuenta el mayor tráfico y los límites de velocidad inferiores que suele haber en las carreteras secundarias.
- Evitar caminos de tierra/pistas sin asfaltar: esta opción solo es recomendable cuando vas con un todoterreno campo a través, salvo que no te importe circular con tu coche por caminos de tierra, claro está. Circulando con un vehículo convencional podemos dañar el coche o encontrarnos con obstáculos que nos obliguen a dar la vuelta.
- Evitar ferris: si bien es cierto que en algunas ocasiones coger un ferry es más rápido que continuar por la carretera -para bordear una ría o un lago, por ejemplo-, puede que no quieras asumir el coste del ferry, o que este esté más congestionado que la carretera.
¿Qué ruta elegir?
La gran mayoría de los navegadores te ofrecen diversas opciones de ruta, entre las que podemos encontrar habitualmente la más corta, la más rápida o incluso la más ecológica. Elegir un trayecto u otro dependerá de nuestras preferencias, pero es importante tener claro que la ruta más corta no siempre es la más rápida. Por regla general, es recomendable elegir la ruta más rápida para evitar recorridos retorcidos.
Adicionalmente, aquellos navegadores que estén conectados a la Red nos permitirán seleccionar rutas alternativas en caso de que haya un accidente o mucho tráfico durante nuestro trayecto, lo cual siempre es una ventaja.
Modos de visualización
Los navegadores actuales ofrecen múltiples opciones de visualización, especialmente aquellos basados en aplicaciones móviles o los que integran los coches más equipados y lujosos. Es importante tenerlas en cuenta para no equivocarse con las indicaciones y para que el navegador no nos moleste durante la conducción.
Los modos de visualización y los ajustes más comunes en los navegadores actuales son los siguientes:
- El esquema de colores: este parámetro hace referencia al fondo luminoso o brillo de la pantalla. En el modo día se emplean colores brillantes para contrarrestar los reflejos de la luz solar en la pantalla, mientras que en el modo noche se apagan los colores para hacerlos más confortables a las pupilas dilatadas. Lo recomendable es seleccionar el modo automático, de forma que sea el propio navegador el que ajuste el brillo en función de las condiciones de luminosidad exteriores.
- Vista 2D o 3D: la vista en 2D suele resultar mucho más útil cuando queremos consultar la ruta completa o el tráfico (si el navegador del coche ofrece esta función) en algún punto del trayecto.
- Sentido de las indicaciones: lo más cómodo es que las indicaciones y la visualización del mapa se configuren en el sentido de la marcha, ya que nos ayudará a orientarnos mejor. Por el contrario, la opción con el norte (N) arriba puede resultar de cierta utilidad en carreteras de montaña, a fin de cerciorarse de que estamos circulando en la dirección correcta.
- Unidades de medida: puede parecer algo obvio, pero los GPS nos permiten elegir entre millas o kilómetros y, un error en su selección puede confundirnos mucho. En este sentido, si viajas a un país extranjero en el que la distancia se exprese en millas, recuerda cambiarlo en tu navegador.
- Tipo de mapa: algunos navegadores nos permiten elegir cómo queremos visualizar el mapa, si en modo convencional o en modo satélite. Si bien el modo satélite nos permite ver el entorno desde arriba para conocer qué hay a nuestro alrededor (muy útil si estamos buscando un sitio agradable para descansar o fotografiar), también resulta más confuso de utilizar al recoger una mayor carga visual. El mapa convencional es siempre el más sencillo.
- Mostrar tráfico: si el navegador que vas a utilizar tiene esta opción, siempre es recomendable llevarla activada para evitar vernos atrapados en un embotellamiento, especialmente durante los períodos vacacionales o las horas conflictivas en la urbe.
- Otras opciones: los GPS más completos cuentan con numerosas funciones complementarias que podemos activar o desactivar, como la visualización de gasolineras, el recordatorio de dónde hemos aparcado, la velocidad y la hora de llegada, la selección de un destino sin saber la dirección exacta, las zonas peligrosas, la selección del tipo de vehículo, los desplazamientos por zonas con restricciones según la matrícula, los desplazamientos según el distintivo medioambiental…
Una vez tengas configurado tu navegador, es recomendable que eches siempre un vistazo a la ruta antes de emprender el viaje, que seas previsor y plantees ciertas rutas alternativas por si hay altercados en la carretera y, sobre todo, que uses el sentido común, manipulando el navegador de forma segura (mejor que lo haga el copiloto si lo llevas) y empleando la lógica frente a posibles indicaciones erróneas del GPS. No serías el primero que se acaba cayendo por un barranco…