Los coches eléctricos realmente no son vehículos que podamos considerar como nuevos. Ha pasado más de un siglo desde su invención, pero muchos usuarios todavía no saben cómo funciona un motor eléctrico. Si bien todavía no han logrado calar lo suficiente entre el gusto popular, esto ha empezado a cambiar gracias a la electrificación del parque automovilístico.
Este fenómeno imparable se ha convertido en la piedra angular de la movilidad sostenible. Gracias al desarrollo de nuevas baterías, la reducción de los precios y los ambiciosos objetivos de España 2050, los coches eléctricos son el futuro inminente. Por ello, a muchos nos surgen dudas sobre cuál es su funcionamiento. En estas líneas trataremos de contestar a muchas de las preguntas que te puedan surgir.
¿Cómo funciona un motor eléctrico?
El funcionamiento de un motor eléctrico dista mucho al de un motor de combustión convencional. Para explicarnos, vamos a hablar de tres partes principales: la recarga, la aceleración y la frenada.
Carga
La recarga es el proceso en el que se conecta el vehículo a la red eléctrica. Ello permite poder almacenar la energía y ser usada en la posteridad. La carga del vehículo puede realizarse de varias formas; desde un simple enchufe doméstico shuko hasta un dispositivo adaptado. Aquí puedes conocer los tipos de enchufes.
Los tipos de recarga se clasifican según el tiempo que tarda en completarse la batería. Estos son: carga lenta, carga semi rápida, carga rápida, súper rápida y ultra rápida. Esta clasificación depende, principalmente, del amperaje y voltaje aplicado, además del tipo de corriente eléctrica.
Cuando el vehículo se conecta a la red eléctrica, hay que tener en cuenta varios aspectos. La corriente continua facilita mucho el proceso, ya que no es necesaria convertirla para ser guardada en las baterías. En el caso de la corriente alterna, esta debe ser procesada y convertida en corriente continua, ya que de lo contrario no puede ser guardada en el acumulador.
En este sentido, la carga dictamina el nivel de autonomía del vehículo. Normalmente, esta se expresa en tanto por cierto o en total de kilómetros realizables. Además, se dice que las baterías actuales ya no sufren de efecto memoria. Eso sí, hay que evitar los profundos ciclos de carga y descarga, ya que acaban con su vida útil.
Aceleración
Cuando el conductor arranca el vehículo y presiona el pedal del gas, el módulo electrónico procesa las indicaciones del conductor. Este manda señal a las baterías para alimentar al motor eléctrico, no sin antes trasformar la corriente continua en corriente alterna a través del famoso convertidor.
La gran mayoría de motores eléctricos funcionan con corriente alterna, con lo que es esencial el trabajo del convertidor. Así, el motor eléctrico, que se conecta con las ruedas a través de la transmisión, logra convertir la energía eléctrica en energía mecánica.
Deceleración
Cuando el conductor deja de aplicar gas o pisa el pedal freno, el sistema eléctrico deja de entregar energía. En este caso, son las ruedas del vehículo las que mueven el motor eléctrico, con lo que este ya no actúa como propulsor sino como generador de energía. Esto es lo que se conoce técnicamente como frenada regenerativa.
La alternancia de campos magnéticos entre el rotor y el estator produce corriente alterna. Dicha energía es procesada por el convertidor, que trasforma la corriente alterna en corriente continua. Así pues, la corriente puede ser almacenada en las baterías del vehículo. Este fenómeno permite el mayor aprovechamiento de la energía del sistema.
Ventajas e inconvenientes
Las ventajas de usar un vehículo eléctrico son:
- Movilidad sostenible y libre de emisiones contaminantes.
- Menor coste energético por kilómetro frente al litro de combustible de un vehículo convencional.
- Ventajas fiscales, así como una reducción del total del impuesto de circulación y exención del impuesto de matriculación.
- Posibilidad de contar con la etiqueta de “0 emisiones”. Esta permite circular en áreas de limitado acceso y aparcar sin coste en algunas zonas de pago.
- Conducción silenciosa y con menos vibraciones.
- Notable reducción del coste del mantenimiento frente al de un vehículo con motor de combustión.
- Exención de pago de tasas en algunos peajes.
Por otra parte, los inconvenientes del vehículo eléctrico son:
- Menor autonomía con relación a la de un vehículo con motor de combustión
- Largos tiempos de espera para la carga total de la batería.
- Precio elevado del vehículo eléctrico.
- Posibles reparaciones de alto coste para la batería del coche.
- Limitada red de cargadores en los núcleos urbanos. Pobre infraestructura de carga.
- Pocos talleres especializados el vehículo electrificado.
Artículo de Joan Bassa Moragues