Parte I: Las fuerzas a las que es sometido
Parte II: La huella
Parte III: La escultura
Hay quien le llama «el dibujo» pero quedarse en las dos dimensiones es quedarse en lo superficial, y si hablamos de neumáticos, sería un gran error.
Por eso se llama escultura, porque independientemente de que muchos de los compradores de neumáticos se fijan en qué forma tiene ese dibujo para intentar valorar su calidad , es un esfuerzo absolutamente inútil más allá de la mera estética, pero ojo, las marcas también saben que la apariencia es un reclamo comercial y también cuidan este aspecto.
¿Por qué una escultura?
El neumático de caucho es contradictorio. La goma, al ser elástica, copia todas las irregularidades del asfalto multiplicando la superficie de contacto. Cuanta más goma haya en contacto con un asfalto seco, más rozamiento obtendremos. Un neumático sin escultura o slick ofrece el máximo rendimiento en seco porque toda su huella está en contacto con el asfalto.
De este modo cuando llueve, el agua tiende a quedarse donde está y neumático y asfalto al unirse la intentan aplastar o dicho de otra manera aumentar su superficie. Conforme aumenta la velocidad la ventaja comienza a ponerse de parte del agua. ¿Cómo convencer al agua para que se marche?
Haciendo lo contrario que extenderla, agrupándola , canalizándola a lo largo de huecos y canales en la banda de rodadura.
A simple vista
Simétrico, Asimétrico o Direccional podría ser la definición de los tres tipos de escultura, pero sería un error. Mucha gente llama simétrico a un neumático que no tiene sentido de montaje, o dicho de otro modo, que funciona igual independientemente del sentido de giro. Las geometrías de los neumáticos serían las siguientes, por similitud a las funciones de las que toman el nombre:
El neumático antisimétrico (también conocido como simétrico)
Es efectivamente un neumático que no tiene sentido obligatorio de rotación, pero no es simétrico, o si lo es, sólo lo es en uno de sus dos ejes. Por ello se llama antisimétrico o simétrico impar.
Las ventajas de este tipo de escultura radican en que no es posible montarlos mal y funcionan exactamente igual en cualquiera de los dos trenes, ya sea el delantero o el trasero. Su diseño está optimizado para rodar en línea recta. Eso no quiere decir que no funcionen en curva, sino que su escultura no discrimina entre exterior e interior de la banda de rodadura tal y como hacen los asimétricos.
El neumático asimétrico
¿Por qué asimétrico? porque la huella en curva también es asimétrica. Cuando estamos girando la cara exterior de la banda de rodadura recibe más carga mientras que la interior tendería a separarse del asfalto de no existir una estructura interna de acero, kevlar o aramida embebida en el caucho o cauchos.
la ventaja de este tipo de escultura es que acumula más superficie de contacto en la cara exterior dejando más densidad de canales en la interior. De este modo tenemos más goma donde más trabaja y más canales donde la goma sufre menos esfuerzos.
El neumático simétrico o direccional
A diferencia del anterior, que es el más común el neumático direccional tiene un único sentido de giro. Si lo miramos desde delante veremos que tiene forma de V, tienen menos o incluso ningún canal longitudinal y evacuan el agua de forma más eficiente en sentido diagonal hacia ambos extremos de la banda de rodadura., por eso es la escultura más común en neumáticos de invierno
En cualquier caso no es una escultura exclusiva de neumáticos de invierno. En su día Pirelli desarrolló su «PZero Corsa System» un kit de neumático para modelos de altas prestaciones que constaba de dos neumáticos direccionales delanteros y dos asimétricos traseros que no eran intercambiables. Con esta disposición se conseguía que los direccionales rompiesen cualquier capa de agua con los que se encontrasen, mejorando la capacidad de tracción de los asimétricos traseros.
Lo curioso era que sólo eran indicados para automóviles con motor central o trasero que tienen un reparto de pesos más favorable al eje trasero.
Al final la escultura en un neumático responde a ese difícil compromiso entre adherencia y evacuación. No existe una escultura óptima, sino más bien una adecuada para cada uso. ¿Cual es el tuyo?
Serie «Cómo funciona un neumático»:
Parte I: Las fuerzas a las que es sometido
Parte II: La huella
Parte III: La escultura