La tercera generación del BMW X1 sitúa al modelo de acceso a la gama de BMW X en un punto de partida mucho más atractivo en el que destaca un diseño más prominente, un mayor espacio, una digitalización avanzada y, por primera vez, un sistema de propulsión totalmente eléctrico.
El diseño progresivo y la sofisticada atmósfera de su interior, así como un equipamiento de serie mucho más amplio en comparación con el modelo al que sustituye, sirven para subrayar su carácter premium. El tratamiento de las superficies, las líneas y los elegantes detalles de diseño exterior del BMW X1 muestran su ADN de Sports Activity Vehicle (SAV).
Entre los rasgos de diseño más distintivos se encuentran las poderosas proporciones, los contornos casi cuadrados de los pasos de rueda y el característico estilo de los modelos de la gama X de BMW en los extremos delantero y trasero. El paquete M Sport más deportivo se ofrece como alternativa al acabado de serie.
Todas las variantes del modelo vienen de serie con llantas de aleación de 17 pulgadas. Las llantas de aleación de 18 pulgadas se incluyen en el acabado xLine y paquete M Sport, aunque en estos modelos también están disponibles las llantas de 19 pulgadas y, por primera vez en el BMW X1, de 20 pulgadas.
Un interior más premium para el BMW X1
La posición elevada de los asientos y el ambiente moderno de alta calidad, con el inconfundible estilo del BMW iX, contribuyen a crear una experiencia de conducción distintiva en el interior. Los elementos clave del rediseño del habitáculo son el fino cuadro de instrumentos, la pantalla curvada (BMW Curved Display) y el reposabrazos «flotante».
Este cuenta con el panel de control integrado y la bandeja para teléfonos móviles retroiluminada en la parte delantera de la consola central. La oferta inicial arranca con los sDrive18i de 140 CV y sDrive18d de 150 CV. Algo más adelante se sumarán los xDrive25e y xDrive30e que son híbridos enchufables. La versión eléctrica es el iX1 xDrive30.