Las condiciones climatológicas son uno de los factores a tener en cuenta cuando conducimos cualquier tipo de vehículo, ya sea sobre dos o cuatro ruedas siempre es aconsejable echar un vistazo a la previsión meteorológica antes de arrancar y especialmente cuando vamos a hacer un viaje largo. Teniendo en cuenta esto, es algo obvio que los más vulnerables a una climatología adversa son las motocicletas, especialmente si hablamos de la lluvia, y por eso hoy queremos repasar una serie de consejos y técnicas básicas que nos pueden ayudar a evitar un buen susto en la carretera.
Conducir tu moto con lluvia
Los fabricantes de motocicletas y diversas compañías tecnológicas llevan años trabajando duro para mejorar la seguridad sobre las dos ruedas, por eso en los últimos años el equipamiento de serie ha aumentado para incluir diferentes sistemas como los frenos ABS o el control de tracción. Aunque quizás el que más nos ha llamado la atención es el chorro a presión diseñado por Bosch que podría salvarnos de más de una caída, perfecto para cuando el firme está ligeramente mojado o resbaladizo.
Conducir cualquier tipo de ciclomotor o motocicleta bajo la lluvia dificulta considerablemente nuestro manejo, pero además exige aumentar con los reflejos y extremar la precaución para no acabar por los suelos. Un coche tiene mucha más estabilidad al contar con más puntos de apoyo sobre el asfalto, pero en el caso de las dos ruedas la cosa se complica, a lo que hay que sumar lo incómodo que es conducir bajo la lluvia aunque vayamos bien equipados.
Otro de los factores que se ven afectados en estas condiciones es la visibilidad, no es lo mismo conducir en un día soleado que bajo una tormenta y todo eso afecta directamente a nuestra forma conducción y a las reacciones que tenemos.
Pero antes de arrancar en un día lluvioso debemos tener en cuenta una serie de consejos y prácticas para aumentar nuestra seguridad:
- Revisar el seguro: Puede parecer una tontería, pero es esencial tener nuestra póliza al día para evitar cualquier susto una vez salgamos a la carretera, más aún cuando las probabilidades de sufrir un accidente son mayores.
- Comprobar las luces: La mayoría de los accidentes que sufren las motocicletas en ciudad es por la falta de visibilidad al hacer una maniobra, por ello es vital comprobar todas las luces delanteras y traseras, así como las de freno. Si somos visibles para nuestro entorno es más difícil sufrir una colisión o un impacto de otros vehículos.
- Comprobar el estado y presión de los neumáticos: Es nuestro punto de contacto con el asfalto, y por ello es uno de los elementos más importantes de nuestra moto. El nivel de presión debe estar dentro de los valores señalados por el fabricante, pero siempre es recomendable aumentar estos niveles hasta los más altos recomendados.
- Revisar la visera del casco: El buen estado del casco es fundamental para la seguridad del motorista en la carretera, pero no solo esto, sino que condicionará nuestra visibilidad en todo momento. El estado de la visera es fundamental para ver correctamente todo lo que sucede a nuestro alrededor, y si no está en buen estado puede restarnos visibilidad y afectar a nuestra conducción.
- Una vestimenta correcta: Es imprescindible llevar ropa impermeable, desde guantes, botas, chaqueta y pantalón, o en el caso contrario llevar siempre un buen chubasquero a mano. Evita las prendas de cuero, así como las de plástico para las manos y los pies, ya que pueden producir resbalos en el manillar o en las estriberas.
- Lleva siempre unos guantes extra: En el caso de que tus guantes se mojen pueden dificultar seriamente el frenado, por eso es recomendable llevar siempre otro par de guantes para este tipo de situaciones.
- Revisar bien los frenos, lubricación y batería: En épocas en las que la meteorología se complica es clave tener nuestra motocicleta a punto en todos los aspectos, especialmente si hablamos de los frenos, que están más expuestos a la corrosión que otros elementos.
Consejos y técnicas para conducir la moto con lluvia
Una vez hemos repasado y comprobado todos estos puntos es el momento de ponernos en marcha, siempre habiendo comprobado con anterioridad la previsión meteorológica para el día. Conducir bajo la lluvia exige, como todo, mucho sentido común, y por ello no pienses que los siguientes consejos van a ser dignos de profesionales del motociclismo, están basados en el más común de los sentidos. En primer lugar, calma y suavidad, algo que puede parecer una obviedad pero que es vital tener en la mente cuando circulamos en estas condiciones.
Otro de los consejos a seguir es el de reducir la velocidad y adaptarla a las condiciones que te rodean, pero ante todo conocer bien el estado del asfalto y evitar superficies resbalizadas como pasos de cebra o señales pintadas en el suelo. Una ligera llovizna puede acarrear muchos más peligros que un aguacero, y es que la primera crea una ligera capa húmeda sobre el asfalto que convierte el terreno en una auténtica pista de patinaje.
Con lluvia nuestra adherencia se reduce hasta en un 50% y nuestra conducción debe reflejar esa falta de agarre. Es por eso que nuestra posición sobre la moto es otro de los factores a tener a cuenta, especialmente cuando circulamos por una zona de curvas. Una buena posición puede evitar muchos accidentes, por ello debemos evitar inclinar mucho la motocicleta y movernos nosotros, es decir, inclinar nuestro cuerpo hacia el interior de la curva para darle menos trabajo a los neumáticos. Siempre con movimiento suaves y evitando posturas acrobáticas.
No uses el carril central, circulando por él es más probable que encuentres aceites de otros vehículos que pueden convertir el asfalto en una superficie deslizante y peligrosa.
En una curva, además de tener en cuenta nuestra posición también debemos tener en mente la trazada y así dibujar una trayectoria lo más abierta posible. En esta trayectoria podemos encontrar diferentes obstáculos que reducirán considerablemente el agarre, por eso también evitaremos en todo momento los baches o rotos en el firme, así como superficies pintadas o cambios bruscos de asfalto. La velocidad debe adaptarse a la trayectoria elegida, y como hemos dicho anteriormente con suavidad y una posición correcta.
El temido efecto ‘aquaplaning‘ puede ser uno de nuestros mayores enemigos cuando se forman bolsas de agua o en zonas inundadas, especialmente porque a primera vista no podemos anticipar su profundidad o si esconde otros obstáculos como alcantarillas o baches. Por eso es muy importante atravesarlos a una velocidad constante y con la motocicleta en vertical, pero sobre todo nunca tocar el freno, ya que si lo hacemos lo más seguro será acabar por los suelos.
Otro de los consejos más recurrentes en este tipo de situaciones es mantener la mirada lo más lejos posible, habitualmente nos centramos en la rueda delantera y como consecuencia directa perdemos un gran campo de visión, lo que puede tener un efecto nefasto. Al levantar la vista abarcamos una superficie mucho mayor y podemos anticiparnos a otros accidentes, maniobras bruscas o frenadas de otros vehículos o baches en el firme que puedan desestabilizarnos.
La frenada también se ve afectada de forma drástica en condiciones de lluvia, por eso debemos primero pisar el freno trasero suavemente, y acto seguido hacerlo con el freno delantero. De esta forma estaremos evitando pérdidas de agarre y bloqueos que provocarían una peligrosa caída. Como hemos señalado anteriormente evita frenar con bolsas de agua o en curvas, debemos anticiparnos a cada giro y adecuar nuestra velocidad a cada situación. Lo ideal es contar con sistemas como el ABS en la frenada, pero como ya os explicamos no todas las motos lo equipan por diferentes motivos.
Cuando lleguamos a destino
Y ya por último… secar la moto cuando llegamos a nuestro destino, especialmente las partes más sensibles. Podemos hacerlo con un trapo seco o una toalla sucia, lo más importante es proteger las zonas más expuestas a la lluvia como los discos, el manillar o la cadena. Tampoco debemos olvidarnos de engrasar esta cuando se haya secado demasiado.
Con todo esto disfrutaremos de una conducción más segura y eficiente sobre las dos ruedas, aunque como hemos dicho al principio el principal consejo será siempre el sentido común, aunque a veces sea el menos común de los sentidos.