¿Tener un todo riesgo asegura estar cubierto de todo? ¿Puede una compañía no querer asegurarme? ¿Qué hacer en ese caso?
Debes saber que tener un seguro a todo riesgo no significa que tengas todo lo correspondiente a tu vehículo cubierto. Esto variará dependiendo de la póliza que contrates y las coberturas que te ofrezca tu compañía. Pero todo seguro a todo riesgo tiene que cubrir al menos los daños a terceros y los daños propios.
Además, es importante recordar que hay situaciones que nunca estarán cubiertas por los seguros de coche, como por ejemplo ante un accidente en el que seas culpable dando positivo en el test de alcoholemia o casos de fraude.
Compara siempre entre unas aseguradoras y otras. Internet ofrece multitud de herramientas para ello. Y siempre siempre lee la letra pequeña. Es conveniente saber siempre qué coberturas tienes contratadas y cuáles no y sus restricciones. Atención a los siguientes ejemplos:
- Responsabilidad civil voluntaria: cubre los daños personales al conductor pero no si los daños son provocados por objetos mal transportados en el vehículo.
- Cobertura de robo: si crees que con ésta cobertura tu coche siempre estará a salvo, estás equivocado. La aseguradora no se hará responsable de los daños a elementos del coche que no estén asegurados o si en lugar de un robo, ha sido un hurto.
- Cobertura de lunas: no cubre los destrozos que puedan causarse en el proceso de instalación.
Otro factor a tener en cuenta es que puedas encontrarte con aseguradoras que no quieran por diferentes motivos que contrates con ellas. Si eso es así, recurre al Consorcio de Compensación de Seguros para que tengas cubierta la responsabilidad civil obligatoria al menos en tu seguro de coche.
Y tú, ¿Sabes hasta donde te cubre tu seguro?