El nuevo BMW Serie 5 deja atrás todo posible complejo estético, dinámico y tecnológico que pudiera ostentar frente a su competencia para presentarse ante nosotros con un aire de superioridad que, sin duda alguna, se puede permitir en esta séptima generación. Deja atrás en múltiples aspectos a la propia berlina de representación de la marca bávara -el Serie 7-, ofrece una gama mecánica adaptada a todos los gustos y tiene una infinidad de equipamiento para hacer la vida a bordo mucho más cómoda y, sobretodo, muchísimo más dinámica.
Tras ponerme al volante de la variante 530i Steptronic Sport Line hace un par de semanas y contaros mis impresiones, ayer tuve la oportunidad de conocer en persona la que por ahora -hasta la llegada del nuevo BMW M5– será la versión más picante y extrema de la berlina bávara, el BMW M550i xDrive. Y seguramente os estaréis preguntando el motivo por el cuál la división deportiva del fabricante ha puesto su sello en este modelo.
¿Es realmente digno de llevar la denominación M Performance? ¿Cumple con su cometido o es solo puro marketing?
Bien, partamos de la base de lo que os contaba en la toma de contacto con el 530i. Dinámicamente hablamos de una auténtica revolución en el segmento de las berlinas premium, con un paso por curva muy ágil, una suspensión adaptativa que actúa al milímetro, un centro de gravedad más bajo en el vehículo, la distribución de peso en los ejes bien equilibrada y típica de BMW, y una carrocería altamente resistente a la torsión. Ahora añadamos a la ecuación un poderoso motor M Performance TwinPower Turbo que desarrolla nada menos que 462 CV a 5.500 rpm y un máximo de 650 Nm de par desde tan solo 1.800 rpm que se estiran en un abundante rango de revoluciones.
La versión M Performance de la Serie 5 envía toda su potencia a través de una transmisión Steptronic Sport de 8 velocidades especialmente retocada, jugando un papel clave en la dinámica del BMW M550i xDrive. La configuración de los modos de cambio ha sido adaptada a las características del motor V8.
Tampoco faltan la tracción inteligente a las cuatro ruedas xDrive acompañada de una configuración M Performance de su chasis, haciendo que el modelo sea el BMW Serie 5 más rápido y ágil hasta la fecha. Es más, el BMW M550i xDrive no solo supera al actual BMW M5, sino que además es también el primer modelo de rendimiento M que cuenta con un motor de 8 cilindros M-Performance TwinPower Turbo de 4.4 litros específicamente modificado. Esta unidad V8 está equipada con dos turbocompresores twin-scroll y cuenta con un sistema de inyección de alta precisión, Valvetronic y mucho más. Y ojo, que la banda sonora que emana por sus escapes tampoco tiene desperdicio.
Con semejantes cifras, la primera versión de BMW M Performance del sedán de negocios más exitoso del mundo es capaz de cubrir el 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos, contando adicionalmente con una dirección asistida con respuestas específicas M en los modos SPORT y SPORT +. Los mandos de dirección entregan al conductor la retroalimentación necesaria para leer las carreteras más retorcidas, al tiempo que el modelo frena su furia gracias a un kit de frenos deportivos M con pinzas de freno en azul metálico.
Estéticamente, la suspensión deportiva Adaptive M reduce la altura de conducción en 10 milímetros y se combina con las llantas de aleación M estándar de 19 pulgadas en acabado Cerium Grey o las llantas opcionales de aleación ligera M de 20 pulgadas en el mismo acabado pero con diferente diseño. Además de todo esto, el vehículo monta un kit aerodinámico M que incluye un alerón trasero M en la tapa del maletero, las tapas de los retrovisores exteriores específicas, un marco específico de la calandra, entrada de aire en los guardabarros delanteros y un sistema de escape deportivo M en cromo negro.
Es pintón. En la linea sosa del diseño «Kartofelteuton» pero tiene su no se que