El sol, la playa o las aventura de montaña son algunos de los protagonistas de la época estival. Es una época excelente para disfrutar de las merecidas vacaciones. Eso sí, ten en cuenta que tu coche no lo lleva tan bien como tú con los climas extremos. Por esa razón, nunca está de más repasar algunos consejos de mantenimiento preventivo. Pide cita en el taller para asegurarte de que no vas a sufrir averías.
Ten en cuenta que algunas zonas de nuestro país alcanzan temperaturas realmente altas. Que le digan a un sevillano que el verano no es para tanto cuando a las cinco de la tarde no puede salir a la calle. Se le derriten hasta las chanclas. Tú coche también padece las altas temperaturas y, antes de sufrir una avería que arruine tu escapada, ya sabes: más vale prevenir…
A la hora de preparar sus vacaciones, muchos usuarios planean con mimo el hotel o apartamento para las vacaciones; así como el destino o las visitas turísticas. Por desgracia, no todo el mundo le presta la misma atención a su vehículo. Es un error, porque podemos encontrarnos temperaturas superiores a los 30 grados. Además, recorremos un mayor número de kilómetros.
Y quizá no lo sepas, pero la arena de la playa, la sal del mar o el polvo de las zonas de montaña y la resina de los árboles pueden afectar a tu vehículo. Esto es especialmente relevante en los coches que tienen una antigüedad de entre 10 y 15 años. Según nos revela el RACE, estadísticamente son los que representan el mayor porcentaje de coches averiados la época estival.
Las averías más frecuentes en verano
No llevar a cabo un correcto mantenimiento preventivo provoca un aumento de las averías. Esto es especialmente relevante en épocas como el invierno o el verano. La causa son los agentes externos y la climatología extrema. La mayor parte de las averías están relacionadas con las baterías, los neumáticos, el motor y al alternador. Pero ojo, existen muchas otras.
Te detallamos las averías más frecuentes para que puedas tomar medidas preventivas:
- Aire acondicionado: la época estival es la más calurosa. Por lo tanto, es en la que más utilizamos el aire acondicionado. La elevada temperatura ambiental a las que están sometidas los componentes del coche, el desgaste de las tuberías que transportan el aire, así como el mayor uso del sistema, pueden producir una fuga de gas refrigerante. Además, los filtros pueden estar sucios a causa del polen de la primavera.
- La batería y el alternador sufren a consecuencia de las elevadas temperaturas y a un uso más intensivo del sistema eléctrico. Deben suministrar electricidad a componentes como el aire acondicionado.
- Neumáticos: en verano nos encontramos con temperaturas del asfalto hasta 10ºC más elevadas que la temperatura ambiente, que es también elevada. Esto provoca que el caucho de los neumáticos se reblandezca y reduzca su resistencia. Si la presión no es la correcta y las rodaduras alcanzan temperaturas demasiado altas, podemos sufrir un reventón, tener un mayor desgaste de las gomas y consumir más combustible.
- Motor: el líquido refrigerante es vital para el motor. Si el termostato o el electroventilador fallan por falta líquido refrigerante o este no se está transportando debidamente, se puede producir un sobrecalentamiento y una avería grave.
- La válvula EGR: puede sufrir un colapso en verano a causa de la mayor concentración de partículas.
Los consejos de mantenimiento preventivo que debes seguir
Si no quieres tener que preocuparte por las averías en verano, minimiza los riesgos. A nadie le gusta que le arruinen las vacaciones, así que presta atención a nuestros consejos de mantenimiento preventivo:
- Chequea el sistema aire acondicionado: es importante comprobar que tanto las tuberías como los filtros se encuentran en buen estado. A 40ºC no querrás quedarte sin aire acondicionado porque el sistema no funciona o no enfría correctamente.
- Revisa los neumáticos: hemos repetido hasta la saciedad que los neumáticos son un componente vital para tu seguridad. Comprueba el estado de las gomas, la profundidad del dibujo y las presiones antes de viajar.
- Comprueba el motor, los frenos y las suspensiones en un taller especializado. No está de más cuadrar el mantenimiento anual con las fechas previas al verano. Por ejemplo, los actuar por fricción, alcanzando elevadas temperaturas que se suman a la alta temperatura ambiente. Chequea el estado de las pastillas y de los discos.
- Líquidos y filtros siempre a punto: revisa que el líquido de frenos, aceite, refrigerante y limpiaparabrisas está en los niveles recomendados. Debes hacerlo con el motor apagado, en frío y con el coche en llano. Así mismo, asegúrate de que los filtros de aire, aceite y combustible están limpios y en buen estado.
- Revisa el sistema de alumbrado, ya que durante el invierno le habrás dado un uso intensivo. Si tienes alguna bombilla fundida o algún piloto estropeado, cámbialo.
- La batería se puede ver afectada por las altas temperaturas. Con un polímero o en el taller, comprueba que todavía le queda vida útil para rato.
Más allá de un mantenimiento preventivo
Seguro que prefieres evitar una avería que pagar una reparación. Más allá de los consejos de mantenimiento preventivo, hay algunas medidas que puedes tomar. Con ello evitarás que el calor y los agentes externos estropeen tu preciado coche. Si vas a ir a la playa, trata de aparcar siempre lo más alejado posible del mar; o apostar por un aparcamiento cubierto.
El salitre, la calima y las altas temperaturas no se llevan muy bien con la pintura de tu vehículo y otros componentes. En la montaña, ten cuidado con los obstáculos como las piedras. Además, no aparques debajo de los árboles. Así no te caerá resina en los cristales y la pintura. Cuando viajes, recuerda también lavar el coche con mayor frecuencia.
Por otra parte, te recomendamos llevar en el coche algunos elementos básicos. Los típicos «por si acaso» que siempre decía tu madre: agua para hidratarte, ropa de alta visibilidad por si sufres una avería, un calzado adecuado, vestimenta fresca, algo de comida, un botiquín básico, dinero en efectivo, un power bank y un parasol.
En última instancia, recuerda que no puedes aparcar en la playa, sacar el cuerpo por la ventanilla ni llevar la vestimenta que más te plazca. Por ejemplo, las chanclas para conducir. Parecen cosas «de cajón», pero todos sabemos cómo va esto: veranito en Gandia con los amigos, noche de chicas y discoteca en taconazos, playita con la familia…
Todo esto se traduce en frases como «yo conduzco mejor en chanclas o descalzo que con zapatillas«, «no voy a ir con otros zapatos en el bolso que no me caben» y «qué caló que hase illo yo me quito la camiseta«. Error, la ropa y el calzado a la hora de conducir también te pueden costar una multa. Más concretamente, de hasta 100 euros.
¿Valen estas recomendaciones para todos los coches?
Sí, estos sencillos trucos de mantenimiento preventivo para el verano son aplicables para los coches. En el mismo saco podemos meter los modelos de gasolina, diésel, híbridos, híbridos enchufables, GLP/GNC e incluso eléctricos, aunque estos últimos tengan menos piezas mecánicas que los modelos de combustión interna.
Los elementos que más sufren las inclemencias del tiempo, las altas temperatura y los agentes externos son comunes a todos los tipos de motorizaciones. Al fin y al cabo, ten en cuenta que hablamos de elementos como los neumáticos, la batería convencional, las luces, el climatizador o el interior y el exterior del vehículo.