Todos los coches necesitan mantenimiento, bien sea tradicionales, eléctricos o híbridos, así que cada cierto tiempo hay que llevarlos a un taller mecánico especializado.
Es cierto que en ocasiones, el propio dueño puede hacer algún tipo de ajuste manual a un cable o una bujía, lo cual no requiere necesidad de ir a un mecánico, pero siempre hay que llevarlo a un taller no solamente cuando presente un problema sino regularmente para evitar que aparezcan problemas mayores.
Los coches eléctricos ofrecen grandes ventajas
Sin embargo, los coches eléctricos tienen muchas ventajas sobre los tradicionales en cuanto al mantenimiento.
Muchos creen que un coche eléctrico requiere de un mayor mantenimiento, pero al contrario, el tiempo que puede pasar un automóvil eléctrico en el taller es mínimo porque la cantidad de piezas que tiene es mucho menor.
Solo hay que pensar que los coches tradicionales (también llamados de explosión o de gasolina) están sometidos a muchas piezas que rozan y vibran mientras este se acciona. Se calcula que un coche de combustión tiene entre 800 y 1000 piezas más que un automóvil eléctrico, las cuales sufren cambios por los movimientos y cambios de temperatura naturales en ese tipo de automóviles.
Mantenimiento de los coches eléctricos
Hay estudios que indican que los coches eléctricos reducen sus problemas de mantenimiento en un 56% en comparación con los automóviles de combustión o tradicionales, esto se debe a que la gran mayoría de los problemas por los cuales el coche entra con una avería al taller se debe a problemas relacionados con desgaste y suciedad, y ambos problemas no los presenta un coche eléctrico.
En efecto, el sistema que pone en movimiento los coches eléctricos es muy simple en comparación con los sistemas tradicionales a gasolina, ya que no utilizan ni tubos de escape, correas de distribución, ni embragues, ni caja de cambios de velocidades, ni filtros de aceite.
Esto sucede porque la transmisión es directa y solo tiene una marcha. Se calcula que un modelo eléctrico tiene alrededor de 60% menos de piezas que un automóvil convencional, así que ya se van viendo las ventajas de tener un sistema eléctrico.
Los motores de los coches eléctricos son mucho más livianos y son más pequeños, y en cuanto a los precios por la energía que utiliza es menor.
Se calcula que los neumáticos se pueden cambiar entre 6 y 12 meses o cuando la banda de rodadura ya se encuentre por debajo de la línea de 1,6 milímetros, la sustitución del filtro de aire puede ser a los 12 mil kilómetros, mientras que el reemplazo del líquido de frenos puede ser cada 50 mil kilómetros.
¿Y con respecto al mantenimiento de las baterías? Eso dependerá del modelo de coche, pero hay modelos cuya autonomía es muy superior, entre 400 y 600 kilómetros entre recargas.
Pese a todos estos beneficios, siempre hay que tener a mano un taller mecánico que realice un diagnóstico general del coche y detecte a tiempo cualquier fallo que se pueda traducir en males mayores.
Por eso, cientos de clientes nos recomiendan de iCars Talleres, porque son especialistas en todo tipo de coches, tanto eléctricos como híbridos y mecánicos.
Estos cuentan con equipos de alta tecnología y el personal especializado que ayudarán a resolver cualquier fallo rápidamente. Además, el trabajo preventivo es de suma importancia, por lo que pueden ofrecerte un diagnóstico de los posibles problemas que se pueden presentar para corregirlos a tiempo.
Mantenimiento de un coche eléctrico
Ya se vio que un coche eléctrico posee menos mantenimiento que uno mecánico, pero eso no significa que nunca necesitará revisiones.
Como todo artilugio fabricado por el hombre, igual se pueden dañar disminuyendo así sus funciones, por lo que requieren de mantenimiento periódico. Aunque los automóviles eléctricos tienen mucho menos partes que uno tradicional, igual tienen piezas que se pueden dañar por el tiempo de uso.
¿Cuáles son estas piezas?
Neumáticos
Los neumáticos están presentes en todos los coches, porque hasta los aviones los usan.
Lo único que no cambia entre los neumáticos de los coches eléctricos de los tradicionales, es la banda de rodadura, ya que los modelos eléctricos no usan neumáticos “especiales”, entonces se someten a las mismas reglas que los de combustión, los cuales deben ser sustituidos cuando la banda de rodadura sea menor a 1,6 milímetros o cuando se aprecien daños evidentes.
En este sentido, los neumáticos de los coches eléctricos deben ser revisados minuciosamente, ya que la tendencia de los dueños de coches eléctricos es dejar pasar mucho tiempo antes de cambiarlos.
Filtros
La mayoría de los coches eléctricos se usan en países industrializados, donde abunda el polen y demás partículas que pueden dañar el resto del mecanismo. Los filtros de partículas deben ser sustituidos cada 12 mil kilómetros de recorrido o una vez al año, dependiendo del uso que se le dé.
Frenos
Aunque los frenos de los coches eléctricos son regenerativos, lo que hace que las pastillas de freno se desgasten mucho menos que un coche convencional, igual llega el momento en que deben ser cambiados. Eso va a depender de la cantidad recorrida del coche, así que no hay una cantidad de kilómetros específica para ser sustituidas.
En ese caso lo mejor es llevarlo ante el taller mecánico para que revisen los sistemas de frenado y las pastillas.
Baterías
Este componente sí es la principal causa de las visitas de un coche eléctrico a un taller mecánico, ya que su uso es evidentemente mayor que en un automóvil convencional.
Las baterías de los coches convencionales pierden más autonomía en los primeros años de uso y durante los demás años se van estabilizando. Algunos fabricantes de baterías para automóviles eléctricos dan garantía de un nivel óptimo de uso de aproximadamente unos ocho años, en cambio las baterías de ion litio pueden tener una garantía de vida que oscila entre los 10 y 15 años, pero eso va a depender de las condiciones de uso y los ciclos de carga.
En este sentido hay que respetar mucho las instrucciones del fabricante y recargar las baterías cuando el nivel de carga es bajo.