Seguimos con nuestros consejos prácticos a la hora de poner a la venta tu coche, desde el punto en que lo dejamos ayer. Hasta aquí podríamos estar hablando de la fase previa a la venta del vehículo. A partir de este momento tendrás que ponerte en la piel de un comercial que trata de vender su producto, para lo cual te seguimos recomendando:
4. Mantenimiento al día. Es importante que el coche esté puesto al día en lo que a revisiones e ITV se refiere. Muchos vendedores particulares anuncian sus vehículos recalcando que tienen todas las revisiones en la casa oficial. Si es así, y queréis ponerlo, puede que haya alguien a quien eso le parezca un punto a favor, pero si no es así, exponed sin ningún temor que habitualmente lleváis el coche a vuestro taller de confianza. Por otro lado, es bastante frecuente que queramos vender un coche y justo le toque el cambio de la correa de la distribución. Lo más recomendable desde mi punto de vista es ponerlo a la venta después de cambiarla, y si se quiere, incrementar proporcionalmente el precio que se vaya a pedir. Lo mismo pasa con la ITV, aunque en este caso, se puede hablar tranquilamente una vez que se enseñe el coche, y llegar a un acuerdo -es aconsejable ser flexible en estos puntos-. Por cierto, si tu coche tiene cadena en lugar de correa, ponlo bien grande en el anuncio, sin lugar a dudas es un gran atractivo.
5. Plena disponibilidad. Tanto telefónica como presencial, es decir, ten a mano todo el día el móvil que hayas dado en el anuncio como número de contacto. Puedes poner un fijo, pero lo más apropiado es el móvil. Y por otro lado, recuerda que a quien le interesa vender el coche es a ti. Quien te llame tendrá un abanico inmenso de posibilidades entre las que elegir, pero sin embargo tú, debes aprovechar cada llamada que recibas, y si alguien muestra interés por el vehículo pero no puede ir hasta donde estés, ofrécete a desplazarte a un punto intermedio -tampoco es cuestión de ir a la puerta de su casa- para facilitar la venta.
6. Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar. Está claro que si pones a la venta tu coche en diez mil euros y llega alguien a ofrecerte la mitad, no es una oferta seria, pero debes ser flexible a la hora de rebajar el precio que pides por tu coche. ¿Por qué? Porque somos así de básicos, sencillamente. Compramos antes un coche por el que pedían 6 y nos han dejado en 5, que uno que costaba 5 y que no nos han bajado un euro, aunque sea el mismo coche. Escuchamos y si después, tranquilamente, echamos cuentas y pensamos que no nos es rentable la operación en la cuantía que nos han ofrecido, siempre podemos llamar al cliente y decirle que sintiéndolo mucho no podemos llegar a ese precio. Obviamente no cojas una señal hasta que lo tengas claro, y pide un tiempo para pensarte la contraoferta (una tarde o una día, tampoco más).
7. El coche es el protagonista. Si para las fotos el coche tenía que presentar una apariencia cuidada y limpia, piensa que cuando lo enseñas es como su puesta en escena, y debe enamorar a quien viene a verlo. Seamos realistas, nadie espera encontrar un coche perfecto por dos mil euros, así que ten claro en qué división juega tu coche antes de quedar con el cliente. En función de esto último, podrás permitirte más o menos desperfectos en el coche, tales como arañazos, defectos de pintura y chapa, etc. Ten un trato cercano con la persona que está viendo el coche, y no estés a la defensiva porque aunque le encante, su misión es criticar el más mínimo detalle para sacarte mejor precio. Ensalza el equipamiento del vehículo, sobretodo los extras. Techo solar o panorámico, navegador, faros adaptativos, cruise control, cuero, etc.
8. Honestidad por bandera. Salvo algunas excepciones, lo más normal es que no te dediques a la venta de automóviles en particular, ni tan siquiera a la venta en general, por lo que puedes sentirte incómodo en esa situación. La mejor fórmula para luchar contra esta sensación es la sinceridad. Si el coche va bien, dilo sin temores -son máquinas, y puede no haberte dado un problema en 3 años, y al día siguiente de venderlo romperse-, y si tiene algún defecto importante, tampoco lo ocultes, puesto que no se te olvide: tienes una responsabilidad. Pese a que no firmes ninguna garantía, el vendedor tiene responsabilidad derivada de posibles vicios ocultos del vehículo. Una buena manera de convencer es dejar probar el coche al cliente, pero dentro de los límites razonables, se trata de dar una vuelta y no de rodar un capítulo de Top Gear.
Recuerda: el juego de la compraventa de vehículos consiste en que quien se quiere deshacer del coche debe elevarlo a los altares y quien lo quiere comprar criticará cualquier detalle nimio aunque se haya enamorado a primera vista.