Diseño/Estética
Calidad Acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Motor / Transmisión
Relación Valor/Precio
7.4
Notable
No cabe duda de que el Mazda CX-3 está llamado a triunfar en uno de los segmentos más codiciados de la industria automotriz, el de los crossover urbanos. Con una estética inspirada en el diseño KODO, un interior bien rematado y un comportamiento en carretera digno de un compacto de menores dimensiones, tiene todas las papeletas para ser uno de los líderes en ventas. Está disponible a partir de junio.
Nos desplazamos hasta la Ciudad Condal para conocer de primera mano la nueva apuesta de la marca japonesa por el segmento de los crossover urbanos, el Mazda CX-3. Quizá alguno piense que se trata de un modelo que llega demasiado tarde respecto a sus rivales, pero lo cierto es que nunca está de más observar a la competencia y sus errores o éxitos para, después, atacar.
Desarrollado sobre la plataforma del Mazda2 del que os hablamos hace unos meses, el CX-3 cuenta con las novedosas líneas estéticas del lenguaje KODO de la marca y algunos rasgos de diseño de su hermano mayor, el Mazda CX-5. Si tenemos en cuenta que el primero de ellos nos pareció un producto casi redondo y que el segundo está siendo un éxito de ventas, ¿qué podría fallar para que este modelo no triunfe en su segmento?
En realidad, está llamado a competir contra modelos que con el paso del tiempo han aumentado su cuota de mercado, contando con fieles clientes de un segmento en auge que apuesta por diseños atrevidos y numerosas opciones de personalización en formato compacto sin renunciar a la practicidad y la comodidad. Renault Captur, Peugeot 2008, Nissan Juke, Fiat 500X o Jeep Renegade, entre otros, son los principales modelos a los que tendrá que rivalizar el nuevo Mazda CX-3. ¿Creéis que está preparado para ello? Pues vamos a descubrirlo.
Diseño Exterior
Como no podía ser de otra manera, el Mazda CX-3 hereda los rasgos esenciales del lenguaje de diseño de la marca, el diseño KODO o ‘Soul of Motion’ que tanto nos ha sorprendido en los últimos años con modelos que nada tienen que ver interior y exteriormente con el pasado.
Una de sus principales bazas es, sin duda, su diseño. Al recibirnos en el aeropuerto de Barcelona, el CX-3 luce un aspecto campero y robusto gracias a un frontal agresivo y unas líneas fluidas que parecen alzar la parte trasera del vehículo. Sin embargo, el conjunto es original, pues detalles como un pilar C flotante acabado en negro -que sirve de prolongación entre la línea lateral acristalada y la luneta posterior- insinúan su enfoque a carretera.
En el frontal, Mazda ha optado por la sencillez, evitando sobrecargarlo en exceso con detalles estéticos pero sin abandonar por ello su identidad. Así, el CX-3 luce una parrilla cromada de grandes dimensiones con un marco que se prolonga hasta los faros para dar sensación de unidad. A su alrededor, las líneas se presentan marcadas y sugerentes, perfilando sus principales ángulos para realzar el aspecto felino e imponente que caracteriza a los últimos modelos de la marca.
El toque off-road se encarga de ponerlo la línea inferior de plástico negro, la cual se prolonga desde las defensas delanteras hasta el paragolpes trasero, atravesando los pasos de rueda, las taloneras y los bajos del vehículo. Y no podía faltar el elemento tecnológico, otra de las grandes bazas de Mazda para su nueva gama. Por ello, este modelo cuenta con faros antiniebla integrados en el parachoques y la posibilidad de equipar faros FullLED (de serie en acabado Luxury) en las luces delanteras para dotarle de una ‘mirada’ aún más desafiante.
Y no menos sorprendente es la vista lateral, donde los ingenieros han conseguido alcanzar la máxima expresión del ‘Alma en movimiento’. Con una línea de cintura bastante alta, el volumen delantero parece volcarse hacia detrás y el volumen trasero hacia delante, fundiéndose en el nervio diagonal tan marcado que atraviesa la carrocería. El resultado es una sensación de vitalidad y fluidez que resalta las molduras negras de los pasos de rueda y los estribos laterales.
La zaga, por su parte, parece elevarse respecto al frontal, dando la sensación de que el Mazda CX-3 tiene un ‘culito respingón’. En él, los grupos ópticos se extienden desde la carrocería hasta el portón trasero, tratando de dar continuidad a la armonía del frontal y remarcando su corto voladizo.
Estos detalles, entre los que no falta una doble salida de escape, ponen aún más de relieve el enfoque a carretera de este crossover, dando sensación de dinamismo. Además, en el caso de nuestra unidad, nos encontramos con los sensores de aparcamiento en el enorme paragolpes trasero y la cámara de marcha atrás sobre la matrícula, junto al botón de apertura del maletero.
Diseño interior
Nada más subir al habitáculo te olvidarás nuevamente de que estás en un modelo del segmento B. Si bien es cierto que nuestra unidad pertenecía a uno de los acabados tope de gama, durante la presentación pudimos ver otros modelos menos equipados y la sensación visual y el tacto de los materiales son los mismos (salvando los casos en los que equipa cuero, lógicamente).
Nuevamente, el objetivo de Mazda era acabar con el estereotipo de que los coches pequeños tienen menos valor que los grandes. Por ello, han tratado de demostrar que diseño y tecnología también caben en frascos pequeños, con un mayor confort, más versatilidad y una mejor protección en caso de impacto lateral.
Todo el interior ha sido diseñado en función de cuatro premisas fundamentales: confort, operabilidad, seguridad y conectividad. En base a estos valores principales, se ha tratado de ofrecer la máxima ergonomía posible tanto al conductor como a los acompañantes, aunando el placer de conducción y el entretenimiento a bordo.
Dado su carácter joven y el público objetivo al que va enfocado, tampoco faltan las posibilidades de personalización y, aunque solo se ofrece con acabados –Style y Luxury-, éstos cuentan con multitud de contrastes, paquetes opcionales y tapicerías en cuero, semipiel o tela.
La calidad de los materiales aumenta considerablemente –al igual que ocurría en el Mazda 2– y, sin llegar a ser de alta calidad, desde la marca han sabido conjugar a la perfección el uso de materiales como el cuero con los plásticos duros y blandos. Al tacto, todos los materiales resultan agradables y la atención por los detalles es perceptible, sin encontrarnos con elementos mal rematados o vibraciones durante la marcha a causa de malas fijaciones.
El habitáculo, a fin de respetar los valores que se ha fijado la marca para su desarrollo, está dividido en dos zonas: una enfocada a la conducción y la otra a la conectividad, la comunicación y el entretenimiento. Así, la pantalla de 7” que preside el salpicadero puede mostrar una información al conductor y otra al acompañante, al tiempo que solo permite su uso táctil cuando el vehículo está detenido para incrementar la seguridad.
En movimiento, la innovadora interfaz HMI puede manejarse por instrucciones de voz o desde el mando giratorio situado en la consola central, otro de los elementos más propio de segmentos superiores. Y si no os parece suficiente, el concepto Heads-up Cockpit (así es como Mazda ha denominado al conjunto tecnológico) también incluye un Head-up Display que nos informa tanto de la navegación (de serie en el acabado Luxury) como de la velocidad de la vía.
No falta tampoco a bordo la conectividad, de la mano del sistema MZD Connect –disponible desde el acabado Style-, que hace posible que los ocupantes se conecten de forma segura y sencilla a servicios de Internet y a redes sociales durante sus desplazamientos. Este sistema permite la conexión de terminales Android y iPhone y es compatible con numerosas funciones, incluso reproducir música a través del sistema de sonido Bose que trae de serie el acabado Luxury.
De serie incorpora sistemas habituales como ABS, EBD, DSC y TCS. Desgraciadamente, no es posible evitar todas las colisiones. Pero si se produce una, el CX-3 ofrece una protección pasiva integral muy completa gracias a la carrocería SKYACTIV-Body que incorpora incorpora aceros de alta resistencia, soldaduras por puntos y arquitecturas unificadas en zonas estratégicas.
En las plazas traseras tampoco se ha querido renunciar a la comodidad de los ocupantes, ofreciendo espacio suficiente para que dos personas viajen cómodamente, aunque está homologado como un vehículo de cinco plazas. Respecto al espacio de carga, aunque es cierto que los coches urbanos son pequeños, desde Mazda no se equivocan al afirmar que en realidad son vehículos destinados a un uso diario, lo que implica cargar y descargar muchas cosas.
Os ha faltado indicar que tambien está disponible en color ceramic, exclusivo de este modelo.